Capítulo 5: En quién realmente puedo confiar

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Bill y Nathan mientras tanto habían ido a un lugar más discreto y tranquilo, al moreno poco le importaba ya que lo reconocieran, aunque veía poco probable que alguna de sus admiradoras se encontrara en un bar tan exclusivo como en el que estaba él.

- ¿Así que con un rockero, eh? Vaya, cada vez me sorprendes más Bill.

- ¿Ah? -Bill había estado más pendiente de sus pensamientos y había olvidado por completo a Nathan.

- Ya sabes, Jared Leto.

- Así que lo reconociste.

- Fue un poco difícil sobre todo por la cara de completo enfado que llevaba.

- Yo debería ser el único molesto con todo esto, él me dejó como un estúpido y se fue detrás de su ex novia.

- Oh... y entonces tú le pagaste con la misma moneda.

- Excepto por el hecho de que tú no eres mi ex -aclaró dando un sorbo a su bebida.

- Pequeño detalle, aunque nada que no se pueda solucionar.

- ¿Qué estás insinuando?

- Yo no insinúo, lo digo de frente... Me gustas Bill, desde siempre -Nathan se iba acercando más y más al rostro de Bill con cada palabra que decía.

- Somos amigos -respondió el menor sin perder contacto visual, quizás los tragos que había tomado en la discoteca se le habían subido a la cabeza o quizás eran los celos hacia Jared que sólo provocaban que actuara antes de pensar bien en las consecuencias. Nathan llevó una de sus manos hacia la entrepierna de Bill y presionó ahí disimuladamente.

- ¿Por qué no vamos a otro lado? -escuchó que susurró Nathan.

- Vale -contestó Bill sumido en excitación y extrañeza por lo que acababa de pasar.

Solamente se dejó guiar y en unos minutos ya estaba sentado en el asiento de copiloto y más tarde entrando en su apartamento.

- Wow, luce genial -murmuró Bill mientras entraba en el lujoso apartamento- ¿Es tuyo? No sabía que estuvieras viviendo en París.

- No, no, es de un amigo... me lo presta cuando vengo a París y yo lo recibo en el mío cuando está en Los Ángeles, solamente que ahora no está en casa... viaje de negocios ya sabes. -empezó a hablar Nathan mientras se dirigía al pequeño bar que había en la sala del apartamento y empezaba a sacar algunas botellas examinándolas cuidadosamente.

- Claro -dijo Bill mientras se sentaba en unos de los sillones y observaba con atención a Nathan, estaba nervioso y realmente se estaba esforzando por actuar con normalidad.

- ¿Qué quieres de beber? -le preguntó de repente Nathan y Bill reaccionó de inmediato, lo único que necesitaba en estos momentos era un trago.

- ¿Tendrás lo mismo que el bar?

- Sí -respondió su acompañante y sacó dos vasos para empezar a servir la bebida.

Bill se sintió mejor cuando sintió el sabor del licor recorrer su garganta y nublar sus sentidos lentamente, no quería pensar, sólo quería olvidar.

Unas horas más tarde Bill estaba tan ebrio que dudaba de recordar su propio nombre, sin embargo sí que recordaba el de Jared y no había parado de hablar de él en todo el rato que estaba ahí. A Nathan le parecía graciosa la actitud de su amigo y no había parado de reír en toda la noche, pero el bien sabía que no había traído a Bill para ser su pañuelo de lágrimas, sino más bien para follar, así que se cansó de los preliminares y fue hacia el objetivo. Se acercó a Bill descaradamente y empezó a besarlo sin reparo, había deseado por mucho tiempo hacer aquello.

This Is Who I Really AmDonde viven las historias. Descúbrelo ahora