Capítulo 8: "Hogar es donde está tú corazón, amigo"

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Volver a casa no había sido precisamente lo que él esperaba, en primer lugar porque había que tenido que adelantar su viaje y en segundo lugar porque planeaba volver con Bill.

Se suponía que su novio lo acompañaría a Los Ángeles y permanecerían juntos hasta las últimas presentaciones de 30 Seconds to Mars. Luego el menor se sumergiría de lleno en la producción de su nuevo disco y Jared terminaría algunos proyectos que tenía en mente. Pero nada de eso había pasado.

Luego de la intensa conversación que tuvieron aquel día, no habían vuelto a decir gran cosa. Bill y Tokio Hotel también habían adelantado su viaje y ahora estaban en Los Ángeles; "tan cerca pero tan lejos", pensó Jared mientras se adentraba en su casa y dejaba las cosas en ningún lugar en especial. Se dirigió a su lugar favorito en aquella inmensa propiedad, una específica parte de aquel enorme patio en donde se había encargado de colocar una mesa con cómodos asientos alrededor, pensaba que desde ahí podía tener la mejor vista del mundo; el viento que corría lo hacía sentir vivo y hasta parecía que se llevaba todas esas cosas que lo atormentaban. Por un momento deseó quedarse en ese lugar para siempre, era ahí donde lograba pensar con claridad, donde sus últimas grandes ideas habían surgido y donde sobretodo se sentía en paz.

Martha, una de las personas que se encargaba de la limpieza en su casa y en la que más confiaba, se acercó hasta su posición. Jared había sido tan silencioso al llegar a casa que ni ella lo había notado, se había dado cuenta unos minutos atrás cuando vio sus cosas en medio del salón, lo buscó en su habitación y al no encontrarle, supuso que estaba en ese lugar donde solía estar siempre. Aquella parte ubicada en una de las esquinas de la casa que Jared había convertido en su lugar favorito, como le solía decir.

- Señor -habló la mujer mientras se acercaba más a él, indecisa pues a lo mejor Jared deseaba estar sólo- Me da mucho gusto volver a verle. Bienvenido. -Jared sonrió para sus adentros y sintió un poco de esa sensación que le llamaban "hogar", se sorprendió al pensar que no se sentía así desde que era un adolescente.

- Gracias Martha, ¿pero cuántas veces te he dicho que me digas Jared?

- Oh... está bien Jared, bueno... ¿deseas algo de beber? -se esforzó Martha.

- Una limonada estaría bien -habló el cantante mientras veía como la mujer se dirigía nuevamente hasta la casa.

"Hogar", su frase siempre había sido "el hogar es donde está tu corazón" y la repetía cada vez que alguien le preguntaba en alguna entrevista si extrañaba su casa. Pero ahora que lo pensaba con calma, ¿qué era lo que podía extrañar? Cada vez que volvía a casa solamente se encontraban las personas de servicio esperándole, su hermano venía a verle casi a diario, aunque Shannon no contaba ya que siempre estaba con él en las giras... y también estaba su madre, quien a veces pasaba largas temporadas con él, pero... Jared nunca sentía esa necesidad de volver. Algunas veces se preguntaba el motivo de haber comprado una casa tan grande, quizás en el fondo estaba la esperanza de formar una familia y por fin llamarle hogar, quizás. Por un momento pensó en una hermosa esposa esperándole con la cena lista y un vivaz niño recibiéndole con un gran abrazo, sonrió ante la idea aunque no lograba imaginársela del todo, es más, sus ideas cambiaron de un momento a otro cuando imaginó a Bill corriendo por su enorme jardín y luego sumergiéndose en la piscina e invitándole a acompañarle. La sonrisa de Bill sería sin duda alguna, la razón que lo haría volver cada día después de un agotador día de trabajo.

Y nuevamente volvíamos al inicio, Bill... Bill... Bill... debería estar con él en este preciso momento pero a cambio sólo había soledad.

Martha volvió con su bebida unos minutos después y le preguntó por el almuerzo, Jared le dijo que cocinara la comida favorita de Shannon ya que vendría a comer con él. Martha asintió y decidió apurarse ya que los gustos del hermano de Jared eran más exigentes que los de él mismo.

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