Después del fin del mundo (Steve x Eddie)

Capítulo 12

Steve volvió a casa cuando sus padres se fueron. No había señales siquiera de que hubieran estado allí alguna vez. Ni una nota, ni una mancha de suciedad. Steve odiaba entrar en su casa nuevamente, pero sabía que no le quedaba mucho tiempo allí. Pasar por las habitaciones era más un ejercicio de memoria que de melancolía. No tenía recuerdos amables en casa, la mayoría de sus recuerdos se encontraban afuera. Con Eddie, con Robin y los chicos.

Pasó la semana buscando una casa. Tenía dos en mente, un pequeño departamento cerca del centro del pueblo y una casa cerca de los Byers, que no se encontraba muy cerca de Family Video pero de la que se enamoró en cuanto posó la vista en ella. No era perfecta, tenía un patio vacío, puertas que no cerraban por completo, otras que chirriaban demasiado, y algunas goteras. Pero en los ojos de Steve era hermosa, tenía potencial, y podía imaginarla llena de ruido. Eddie en cada esquina, las campañas de los chicos gritando por encima de cajas de pizza. Robin estudiando tranquila con Nancy en el sofá durante las tardes.

Sus padres fueron lo suficientemente generosos para permitirle acceder al fondo que sería para su universidad, y los muebles que quisiera llevarse de casa. Steve pensó en no llevarse nada, pero sabía que los necesitaría. Sabía que el gesto venía de un lugar de culpa más que de cariño, que los lazos con sus padres posiblemente se cortaran por completo una vez que dejara de vivir bajo su techo, pero estaba feliz por la perspectiva de un futuro en el que pudiese decidir sobre su vida. Los extrañaría, todo lo que se podía extrañar a un cariño que nunca lo llenó por completo, pero la felicidad de su libertad y su nueva vida era mayor.

*

Eddie quería ir a la graduación como Carrie, dejar caer un tarro de pintura roja en su cuerpo en algún momento y asustar a todo el mundo. Pero Steve lo disuadió.

- Dudo que Wayne vaya a estar muy feliz con eso.- Dijo y Eddie suspiró resignado a aparecer en su ropa normal pero usando su camiseta de Hellfire, porque: pequeñas victorias.

Steve lo llevó junto a Wayne, y los chicos corrieron a ellos en cuanto lo vieron aparcar el auto saludando a Eddie entre abrazos. Eddie fingió estar molesto pero Steve sabía que le encantaba el escándalo que estaban armando.

Encontraron asientos adelante. Steve de pie entre Wayne y Dustin, los padres de Robin detrás, el resto de los chicos repartidos entre ambas filas con Joyce y Hopper.

Robin fue la primera en subir al escenario, miró alrededor nerviosa cuando llamaron su nombre, parecía contar los pasos para subir la escalera. Steve estaba seguro de que así era, pero todos estaban muy ocupados ovacionando para darse cuenta. Steve llevó los dedos a su boca y silbó fuerte.

- ¡Esa es mi mejor amiga! - Gritó. La madre de Robin se tapó la boca riendo, su padre parecía avergonzado, pero a Steve no le importó.

Cuando subió Jonathan todos aplaudieron con el mismo entusiasmo. Steve volteó a ver a Joyce abrazar a Hopper llorando. Will también estaba emocionado y cuando sus miradas se cruzaron un instante Steve le sonrió ampliamente.

Tomó un tiempo para que subiera Eddie, se notaba que estaba nervioso. Steve podía verlo mordiéndose las uñas y quiso acortar la distancia y abrazarlo, asegurarle que todo estaría bien, sin embargo, se contentó con una mirada y una sonrisa a la distancia intentando transmitirle su apoyo. Eddie lo saludó con la manó y pasó el resto del tiempo moviendo sus pies y jugando con sus anillos. La túnica verde se veía extraña en él, no iba con su estilo, pero Steve se sintió de todas formas orgulloso de su logro.

Eddie subió al escenario y se produjo un silencio al principio, que pronto fue llenado por los gritos de los chicos y de Steve que incluso se puso de pie sobre los asientos aplaudiendo y silbando con tanta fuerza que los ojos se le llenaron de lágrimas. Wayne estaba llorando pero sonriendo mientras aplaudía. Eddie hizo una reverencia en el escenario y se abrió la túnica mostrando la camiseta de Hellfire. Estaba temblando pero lo enfrentó con la misma tenacidad de siempre. Se dio vuelta para recibir su diploma, le mostró el dedo medio al director (lo que hizo a los chicos reír y a Wayne esconder el rostro entre sus manos avergonzado), y corrió lejos antes de que alguien pudiera detenerlo. Robin lo miró haciéndole un gesto con ambos pulgares hacia arriba y ambos rieron.