Capítulo 11

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Eddie quería hacer algo por Steve, pero no estaba seguro. Quizás estaba yendo demasiado lejos, pero solo quería ver su sonrisa otra vez. Sabía que Steve se despertaría y recordaría lo sucedido el día anterior y quería retrasar ese sentimiento el mayor tiempo posible. Así que tomó sus llaves y condujo a la tienda. La cajera lo miró extrañada en cuanto lo vio dejar sus compras, pero Eddie estaba demasiado ocupado fulminando con la mirada una rosa de plástico en un arreglo floral. A Steve no le gustaría, intentó convencerse a sí mismo. ¿Qué clase de chico le regala a otro flores? ¿No era demasiado sentimental? Pero Steve estaba teniendo un mal día y Steve Harrington merecía flores, decidió justo antes que la cajera le diera la cuenta final. La chica lo miró con curiosidad pero no dijo nada, dándole el total. Eddie pagó y se encaminó a su van escondiendo la flor en su chaqueta y poniéndola en el asiento del copiloto cuando entró.

Steve no estaba despierto cuando entró en el trailer, Eddie todavía escuchaba sus ronquidos desde la cocina. Decidiendo no perder más tiempo comenzó a mezclar los ingredientes.

Fue solo media hora después que Steve apareció en la cocina con un bostezo. Estaba usando una de sus remeras, una simple camiseta negra sin ninguna inscripción y uno de sus buzos. Tenía los pies desnudos, los ojos semiabiertos y el cabello hecho un desastre. Eddie sintió que nunca lo había querido tanto como entonces. Quería envolverlo con sus brazos pero solo sonrió.

-- Buenos días amor.- Dijo. Steve compartió su sonrisa y se adelantó mirando por encima de su hombro lo que estaba haciendo.

- ¿Panqueques?- Preguntó, parecía feliz, y Eddie se dio a sí mismo imaginarias palmaditas en la espalda por un buen trabajo. – Eres mejor cocinero de lo que aparentas.

- Soy un hombre de muchos talentos.

Steve levantó las cejas sugerente.

- No dudo eso.-Dijo, Eddie se dio vuelta escondiendo un sonrojo. Estaba acostumbrado a coquetear con Steve, porque en el principio no recibía respuesta más que confusión, pero ahora que era mutuo a veces no sabia que hacer con el afecto creciendo en su pecho. Parecía que iba a explotar en cualquier momento.

- Tengo algo para ti.- Recordó, sacando la flor de una de los cajones de la cocina donde la había escondido. Steve lo miró sorprendido, cuando habló su voz sonaba suave, casi un susurro.

- ¿Para mí?

Eddie se sintió avergonzado e intentó explicar el gesto.

- Es solo una flor de plástico, pero creí que te gustaría... 

Steve lo miró con una sonrisa depositando un beso sobre su mejilla.

- Me encanta Eddie.

Pasaron un día tranquilo, Steve parecía más compuesto aunque a veces su mirada se quedaba pegada en un punto y dejaba de escuchar lo que sea que Eddie estuviese hablando. Era como si su mente se perdiera, pero Eddie tenía paciencia y repetía sus palabras. Entendía que Steve tenía mucho que procesar.

Eddie odiaba a los padres de Steve, no había oído las historias completas, pero era obvio que eran culpables de negligencia con su hijo. Y aunque en un momento antes de realmente conocer a Steve Eddie le envidió por tener padres ricos que nunca estaban respirando en su nuca y una casa grande en la que Steve hacía fiestas casi cada fin de semana, ahora se preguntaba si no era solo una forma de escapar de la soledad. Si tanto lujo no era solo una compensación por parte de sus padres por no estar presentes.

Después de que Steve conoció a Dustin y Robin las fiestas habían parado. Eddie lo había visto a la distancia, no era entonces más que una superficial curiosidad del por qué Steve Harrington, rey de la secundaria, estaba actuando tan extraño. Ahora Eddie podía entender. El Steve real, el que ahora estaba recostado en su cama con una copia del Señor de los anillos en las manos y el ceño fruncido en concentración era el Steve que quería conocer, qué quería atesorar.

Después del fin del mundo (Steve x Eddie)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora