La chica que amaba al chico al que no quería amar

¿Todo es perfecto?

Hoy es el día en el que voy al lugar que me cambió la vida, al que me hizo ver las cosas de una manera diferentes. Pero esta vez, era una persona diferente, ya que la felicidad rebosaba por los poros de mi piel. Decidí no contarles nada a mis amigas de la academia Adela y Patricia para que fuera una sorpresa cuando llegará él. El chico en el que pienso todos los días, a cada hora y en cada momento. Él era, por supuesto, Javi.

De repente, cuando llamaron al telefonillo y me dijeron que era él me puse nerviosa. No sabía que iba a hacer él, tampoco que iba a hacer yo, y mucho menos como iban a reaccionar los demás. Antes de que me diese tiempo a pensar algo más, él entró. Todo el mundo guardó silencio, y él se dirigió directamente hacia a mí y me dijo: Buenas tardes princesa. Acto seguido, me dio un beso corto en los labios, pero eso fue suficiente para que toda la sala entrase en bulla. Todo el mundo nos preguntaba si éramos novios, desde cuando, etc... Pero Javi se limitó a no contestar a nadie y llevarme de la mano a la habitación en la que nos conocimos. Javi salió de la habitación para resolver una duda de matemáticas con Rosa. Mientras tanto, yo seguía en la sala, cuando apareció Miguel, que me dijo: Es increíble que no te hayas dado cuenta de que Javi no es buena persona. Tampoco te has dado cuenta de que quién de verdad te ama esta al lado tuya ahora mismo. Yo reaccioné: Perdona pero no tienes derecho a decir esas cosas de mi novio. Y lo siento, pero yo no siento lo mismo por ti. Pero Miguel no se iba, es más, cada vez se acercaba más a mí. Menos mal que en ese momento apareció Javi, y le conté que Miguel me estaba molestando. Entonces, Javi dijo: La próxima vez que molestes a mi novia te vas a enterar. Se puso delante mía y me protegió con sus brazos. Miguel se fue, resignado, fuera de la sala, y Javi me dijo: Si te vuelve a molestar, con cualquier cosa, dímelo. Yo asentí y acto seguido me dejé envolver por sus brazos mientras se iba acercando más a mí poco a poco hasta que sus labios rozaron con los míos y nos fundimos en un cálido beso.