Beso triste.

CAP. 60

A los días fuimos de nuevo a la universidad, se acercaba navidad y era una estación del año que a Wends no le hacía especial ilusión, se acababa un trimestre de la carrera y siendo sincera a sido un cambio drástico en nuestras vidas, aunque me alegro de haber coincidido en la misma universidad que Wends, si eso no hubiese sido así, habría sido mas difícil volver a toparnos pero, si algo tengo claro, es que ella y yo teníamos que volver a retomar el contacto, a fin de cuentas a sido la única persona que lo apostaba y puesta todo por mi, da igual si su vida va en juego con ello, ella esta dispuesta a machacar a cualquiera tan solo por protegerme o verme feliz, es una persona que a pesar de ser fría y distanciada, he podido ganarme su corazón, ganarme su respeto y su interés, su confianza y su cariño, el saber llevarla, el saber comprenderla, para mi es un acto precioso, ya se a convertido en costumbre, su manera de decirte "te quiero" es tan predecible para mi, se que no va a salir de sus labios, si no de su mirada, de sus actos, de sus preguntas, de sus detalles... Wends lo es todo para mi, definitivamente es la mujer que quiero en mi vida.

-No pruebes eso -señaló el pure del plato- te morirás -reí ante aquello-

-No entiendo como hacen estas comidas para futuras emprendedoras -reí- es horrible.

-Te advertí.

-Ninini -le hice burla a lo que bufó girando los ojos-

Aquella expresión me traía loca en cuestión de segundos, para lo que muchos sería un fastidio verle con ese rostro serio la mayor parte del día, para mi era la mejor parte de mi día.

-¿Tienes clase ahora? -preguntó repentina-

-Sí -comí-

-Te acompaño.

Dejamos las bandejas en su sitio y nos dirigimos a mi clase, en la puerta se despidió de mi.

-Enid, pórtate bien y atiende en clase ¿si?

-Si su señoría -hice gesto de obedecer y asintió-

Se acercó y cogió levemente mi rostro, me miró los labios y dejó un corto beso en ellos.

-Vente luego a mi casa -le dije y volvió a asentir-

Era tarde noche, Yoko estaba en el sofá y yo en la cocina haciendo algo de cenar, tocaron al timbre y fui a abrir, al hacerlo vi a Wends con el pelo mojado por la lluvia, y un olor muy intenso de su fragancia, al verla así no pude evitar lanzarme a besarla, la acerqué a mi y note un suspiro por su parte, la besé con toda mi pasión del momento y ella me correspondió, a los minutos oímos a Yoko.

-¡A enrollaros al cuarto! -gritó desde el sofá-

Wends se apartó por el grito con algo de color en sus mejillas.

-Lo siento es que te he visto así y no lo he podido evitar -le dije recuperando el aire-

-No, tranquila, me a gustado.

Pasamos hacía el comedor.

-Como se nota que has venido Miércoles, alteras a la loba -dijo riendo-

-¡Yoko! -repliqué-

-¿Como esta la abuela vampira?

-Mejor que nunca -dijo obviando-

Pasamos a la cocina y le cedí asiento para servirle la cena.

-No tenías que haberte molestado, déjame ayudarte -dijo intentando levantarse pero la volví a sentar-

-Claro que te voy a hacer cena, y claro que no te voy a dejar ayudarme -sonreí-

Cenamos entre habladurías nuestras  y al poco nos fuimos a mi habitación, le di un pijama negro que era suyo y nos acostamos con la tele de fondo.

-Argh... -suspiro- estoy cansada.

-Debes dormir Wends -se acomodó mas a mi-

-Prométeme que te dormirás pronto.

-Te lo prometo.

Cayó en su sueño a los pocos minutos y yo me adormecí en su abrazo.