Tomando posesión de ti: Un nuevo orden

Capítulo 03 Ser omega no es ser débil.

Sawyer estaba caminando tras Maximilian o Max como le decían todos, un hombre alto y bastante musculoso, podría considerarse intimidante si ella no fuera un licántropo. Se sentía incómoda por tantos olores nuevos, todos de personas a las que no conocía. La Alfa le había dado un guardaespaldas y eso no le gustaba en lo más mínimo, ella definitivamente no se consideraba alguien débil como para necesitar una niñera, más lo ignoró, pues necesitaba la ayuda de aquella mujer para poder recuperar sus tierras. Las cosas aparentemente no habían cambiado para los omegas, antes era igual, los dominantes querían tomar a los omega en celo, ahora tenían un mínimo de respeto únicamente por mantener la casta viva. Sawyer extrañaba a sus amigos, enojada por la confusión en sus miradas al ella tener que escapar. No podía hacer más nada que entrenarse y estar a disposición de la Alfa Kara hasta que dijera que podían ir a enfrentar al asesino de su padre. Se detuvo al ver acercándose a una mujer que por un momento creyó la Alfa, cosa que descartó al ver el mechón blanco sobre su ojo, el elegante andar y el olor a omega que desprendía. Ella lucía como Kara, pero definitivamente no lo era.

—Parece que te encuentras mucho mejor ahora. —Comentó Lorena con una dulce sonrisa que se ensancho al ver a su hermano menor.

—Sí... Gracias. ¿Y tú eres?

— ¡Ah! Cierto. —Extendió su mano que fue tomada por la castaña. Los Hunt eran una familia de hermanos hermosos, especialmente por aquellos inusuales y penetrantes ojos violáceos, que cambiaban a dorado al transformarse en lobos. Lorena era protegida y adorada por sus madres y hermanos por ser dulce, conciliadora, cariñosa y buena para sanar sus heridas, una bocanada de aire fresco en un mundo hostil. —Mi nombre es Lorena Hunt, hermana gemela de Alfa Kara. ¿Te has sentido cómoda?

—No se puede estar muy cómoda cuando en tu hogar hay un asesino.

—Lo comprendo, pero entiende que tampoco podemos irrumpir en tierras de otros, así como así. Kara sería responsable de una pelea y en ellas siempre han heridos o muertos. Es mejor pensar las cosas con calma.

—Yo lo comprendo, el lobo que hay en mí no, especialmente al ser criada para proteger a mi manada. Omega o no, es mi deber cuidar de ellos.

—Me gusta como hablas. En estos momentos ella está con unos invitados en la mansión de nuestra familia, imagino que hombres de quien asesinó a tu padre. Podremos hablar con Kara apenas se retiren, entre tanto, me ha pedido que le dijera a Max que te oculte en un lugar seguro hasta que se vayan. ¿Max?

—Como ordene Alfa Kara. —Giró a Sawyer y sonrió ligeramente. — ¿Me acompaña, señorita?

—C- claro. ¿Seguro que estará todo bien?

—No te preocupes, mi hermana no tiene intenciones de entregarte a nadie. Tratará de ir por la política primero.

Lorena estaba en lo cierto, más era algo complicado para Kara que estaba senada en la oficina que un día fue de su madre, mientras una comitiva de cinco hombres, una mujer entre ellos, que le resultaban a la alfa bastante desagradables, especialmente por su rostro de suficiencia frente a ella. De todas formas, no se preocupó, aquellas eran sus tierras y si no querían una confrontación tendrían que agachar la cabeza. No permitiría una amenaza en su hogar, menos de un grupo de desconocidos.

— ¿Y a debo esta visita?

— ¡Devuélvenos a la loba! —Gritó uno de ellos y el otro tiró de su camiseta tratando de calmarlo para volverlo a sentar.

—Lo que mi irrespetuoso compañero aquí quiere decir, es que nuestro alfa pide que nos sea devuelta uno de nuestros miembros de la manada. Nos referimos a la hija del alfa anterior.

—Hace unos días encontré a un grupo de lobos atacando a otro en mis tierras. ¿Eran de su manada? —Preguntón resueltamente Kara limpiando una pelusa invisible de su pantalón. —Sí ese es el caso, conocen la ley. Irrumpir en las tierras de alguien más puede llamar una confrontación.