Capítulo 11: Parejas inconvenientes.

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Lorena luchaba contra la bruma de la fiebre, le dolía el cuerpo y creyó que no podría soportarlo, que fallecería luchando contra su propio cuerpo. Maldijo lo que era, pues no podía aceptarlo, no quería creer lo que todos decían de los omegas, que no eran más que animales en celo que servían para que los alfas se reprodujeran. Ella era una doctora, una sanadora, pero también era una guerrera, por lo que podía luchar con garras y colmillos por su manada, por sus madres, hermanos y por la pareja que llegara a tener. No es que se condenara a la soledad, simplemente necesitaba alguien que no creyera que tendría que estarla cuidando sólo porque era omega, pues Enna, por mucho que la quisiera, no podía ver más allá de la omega a la que amaba, cuando Lorena quería que alguien la protegiera por ser ella, por amor y devoción a ella, no porque crea que por ser omega es más débil y debe ser cuidada. Mientras estaba en su estado debilitado pudo escuchar la voz desesperada de Zena, la mujer irritante de su celda. “Debería sentirse bien ser sostenida por ella.” Pensó fugazmente al ver los brazos, piernas y abdomen fuerte de la mujer de cabello naranja aleonado. Le gustaban las mujeres más altas, porque la rodeaban y le daban seguridad, hasta que pasó a aborrecerlas, sintiéndose inferior. Ella era hija de Moira Hunt y gemela de la nueva Alfa, no debería sentiré de ese modo, pero no podía evitarlo. Sintió quemar sus entrañas y se desesperó, hasta que unos labios tocaron su piel. “Quiero que me bese.” Decía su corazón mientras sus garras se clavaban en la piel de su pareja, sus caderas moviéndose por voluntad propia. Se sintió llena, completa, su lobo corriendo alborotado y feliz, el dolor en sus entrañas calmándose con la liberación. Así fue hasta que se desmayó y luego comenzó a despertarse, sintiéndose desorientada, más las sábanas calmaban su piel caliente. Se sentó sujetando su cabeza adolorida, sus ojos tratando de ubicarse en el espacio y reconocer dónde se encontraba.

— ¿Zena? —Llamó apenas consciente del lugar en el que se encontraba. El lobo se movió inquiero, desesperado en buscar a su compañero. Ellas estaban siendo perseguidas, Zena la había ayudado cuando estaba en su momento más patético. por lo que se levantó y la brusca acción consiguió que se mareara, casi cayendo de rodillas, sujetándose de la cama para no acabar en el suelo. — ¡Zena!

—Lorena, despertaste. —Dijo alegremente Elise.

— ¿Mamá? Entonces… este lugar es… —Jadeó sintiendo a su madre correr hasta ella, ayudándola a incorporarse y abrazándola estrechamente.

—Mi niña, casi morimos de preocupación tu madre, tus hermanos, Enna y yo. ¿Dónde estabas?

— ¿Cómo he llegado aquí?

—Lara y Enna te encontraron.

— ¿Lara y Enna? ¡¿Dónde está Zena?!

—Zena es el tigre que estaba contigo. ¿Cierto? —Preguntó Elise incómoda, algo que Lorena no podía ignorar.

—Mamá… ¿Dónde está ella?

—Está en el calabozo, según instrucciones de Kara y aprobado por Moira.

— ¿Qué? —Jadeó de nuevo, sintiendo más débiles sus piernas. — ¡Tengo que ir a verla! ¡Sacarla de allí! ¡Se lo prometí! ¡Le prometí que nada le pasaría!

— ¡Tranquila, que todavía estás muy débil!

— ¡Mamá, no puede estar en una jaula! ¡Ella me ayudó!

   Zena estaba de nuevo enjaulada, algo que para ella no era sorprendente, siempre acababa igual. En su cuello había otro collar de plata, al igual que en sus manos atadas con cadenas, todo eso sujeto al muro, así como sus tobillos. Cada vez que intentaba moverse, su piel quemaba por la plata. Una loba de cabello marrón, bastante corto, se había dado el gusto y la golpeó, pateó y pisó su cabeza a voluntad, Zena no había dicho nada, pues no serviría, ella era un tigre solitario, había trabajado de mercenaria matando otros lobos, así que ellos la odiarían igual, sin importar que salvara a uno de los suyos. Por alguna razón que no acababa por entender, su vientre palpitaba con la necesidad de ver a Lorena y saber que estaba bien. Su rostro se levantó al ver que una mujer exactamente igual a Lorena se presentó ante ella, pero con el cabello completamente moreno, sin rastros del mechón blanco característico, además de que esta mujer era una alfa. a su lado estaba la mujer que la había usado como saco de boxeo, una loba albina y otra mujer de ojos violáceos y de igual cabello negro, pero mayor que las demás. Pudo sentir un odio corrosivo por parte de esas personas, solamente la mujer mayor y la que se parecía a Lorena controlaban su odio.

—Lorena Hunt fue encontrada al final de que copularas con ella, estando inconsciente. Al examinar su cuerpo encontramos rastros de que invadiste su cuerpo, inclusive la marcaste.

— ¿Marcarla? ¡Yo sólo la mordí! ¡Es normal morder durante el sexo!

— ¡Voy a matarla!

—Tras de mí, Enna. —Ordenó Kara, Enna apretando los puños obedeciendo a su alfa, en cambio Moira no dijo nada, pues no desafiaría la autoridad de Kara que apenas se iniciaba como líder. Simplemente quería ver al agresor de su hija.

—Deberíamos matarla de una buena vez, nos ahorraría las molestias.

—Cuando me libere, seré yo quien me deshaga de todas ustedes.

—No tienes muchas opciones. ¿No es así? —Habló tranquilamente la mujer cuyo rostro era exactamente igual al de Lorena, pero por el cual no sintió nada.

— ¿Cómo está ella?

— ¡¿Encima te atreves a preguntar?!

— ¡Enna! ¡Suficiente! —Kara miró al tigre, Zena no podía estar más indefensa y humillada. — ¿Por qué le hiciste eso?

—Estaba en celo y casi muero por la fiebre… Zena me ayudó. —Habló Lorena al llegar, sujetándose de los muros para no caer, seguida de su madre. —Hermana, sácala ahora mismo, no es nuestra enemiga.

— ¿Sabes lo que te hiso? ¿Sabes que estás marcada por ella?

—Yo… mamá me lo dijo.

—Debemos terminar con el marcaje y la bestia no saldrá de su jaula. No sabemos cuáles son sus intenciones, y no sólo mordió a una de mis lobas, sino que fue a mi propia hermana. La interrogaremos y luego decidiré que hacer con ella… Con respecto al marcaje, vas a que te lo borren inmediatamente. No habrá un tigre arriesgando a nuestra manada.

—Hermana, solamente sácala.

—Ella no es de la manada y se aprovechó de ti, pues no únicamente calmó el celo, sino que marcó a la hermana de la alfa. Hasta que esté segura de sus intenciones y sus lealtades, decidiré si la suelto, la mantengo encerrada o…

— ¿O qué? Dime, Kara.

—La ejecuto.

   Roy continuaba escribiendo su informe, completamente entusiasmado con el resultado, pues podría llevar algo satisfactorio tanto para sus jefes como para la alfa Kara. Escuchó que alguien tocaba la puerta de su cabaña y se dirigió a la entrada, al abrirla, Max lo miraba incómodo. Al rubio realmente le gustaba aquel joven. Max era atractivo, sus ojos violetas y cabello largo como el del resto de sus hermanas le daba un aspecto salvaje, estando seguro de que la genética de esa familia era excepcional. Todos los hijos de Moira Hunt eran tan llamativos y atractivos como sus madres.

— ¿Y a que debo el placer?

—Lorena fue encontrada… Mi alfa quiere reunirse con ustedes para una disculpa, especialmente por parte de Lara. Estuvo mal que ella los atacara.

—No me preocupa tu hermana, entiendo su angustia. Yo tampoco resistiría si secuestraran a alguien de mi familia.

—Gracias… supongo. —Dijo rascándose distraídamente la cabeza.

— ¿Pulgas? —Se burló Roy, por lo que Max frunció el entrecejo.

—Nosotros no tenemos pulgas… ¡Nunca!

—Tranquilo, que es una broma. ¿Quieres pasar?

—Claro, ¿por qué no?

   Max entró, sentándose en la cama de Roy, viendo al rubio con el cabello ligeramente húmedo, mientras servía una copa de wiski, mostrando la botella al joven, por lo que Max negó con la cabeza. Después de que Kara le dijera que muy pronto Roy y Miranda se irían a dar su informe, su lobo se sintió inquieto, triste y hasta furioso. En su interior gritaba “¡Mío!” cada que lo veía, por lo que tenía que estar seguro, pues, para él, su lobo siempre tenía la razón, siendo más sincero en sus deseos que el moreno.

—La Alfa me dijo que pronto se irían. ¿Es verdad?

—En un par de días, estoy a punto de terminar mi informe y tengo que presentarlo, o de lo contrario no se firmarían las leyes que los beneficien a ustedes como ciudadanos como todo el mundo.

—Lo comprendo, pero… yo… no quisiera que te vayas. —Confesó y Roy sonrió a su sinceridad, por lo que se sentó junto a Max.

—Sabes que es muy difícil para mí el estar con alguien más ahora. ¿Cierto?

—Lo sé, pero…

—Los lobos deben ser muy sinceros con sus sentimientos, por lo que veo. Es curioso cómo puedes ser tan físicamente impresionante, con músculos como un superhéroe, pero ser mucho más encantador que tus hermanas.

—Mientras más carácter tengas, más tienes que aprender a mantener el control, eso me enseñó mi madre. La última vez que dejé ir mi rabia, pasaron muchas cosas desagradables y tuve que reprimirme más.

— ¿Podría saber qué ocurrió?

—Hicieron daño a Lara y yo… tomé represarías.

— ¿Lo has vuelto a hacer?

—No. —Negó Max con un encogimiento de hombros. —Mi rabia es para luchar contra quienes amenacen con armas, garras y colmillos a mi manada y mi familia. Todo mientras lo apruebe mi alfa. ¿Lo que dije afectará al informe?

—No, no lo hará. Esto es una charla personal.

—Gracias.

—No tienes por qué darlas. Los lobos son fascinantes, pero son tan humanos como nosotros. Luchar, enojarse y querer vengarse, es una acción humana, pero se aprende a que, o bien que no ganas nada, o simplemente saber cuándo y cómo puedes buscar retribución.

—Eso dijo mi madre en aquel momento.

—Entonces es una mujer sabia.

   Roy tomó una decisión, por lo que se levantó, para arrodillarse entre las piernas de Max, intentando abrir sus pantalones. Una sonrisa codiciosa se asomó en su rostro.

— ¿Qué haces?

—Creo que sería bueno un recuerdo agradable.

—Eres humano, hacerlo con alguien como yo es…

—Humano o licántropo. ¿No vine yo aquí para aprender que no hay diferencia entre nosotros?... Déjame hacerlo, Max.

   Roy extrajo el falo y comenzó a mamarlo con vehemencia, Max sujetó el cabello rubio con fuerza, empujando su pelvis y abriendo más las piernas para que Roy tuviera más acceso a él. La boca de Roy se sentía caliente alrededor de su miembro, sintiendo una corriente apretando sus músculos duros. La succión era insoportable, deseando estar dentro del humano. Su lobo estaba contento y acongojado, no deseando que Roy se marche, pensando que, tal vez podría darle una razón para quedarse. por lo que tiró de su cabello cuidadosamente para que el hombre entre sus piernas lo mirara a los ojos.

— ¿Vas a regresar? —Preguntó jadeante, pero Roy no respondió, trabajando más al sentir los músculos del abdomen de Max apretándose, el joven convulsionó. Sus ojos se sentían pesados, pero no era suficiente, no para un lobo, así que se alzó, quitándose los pantalones, obligando a Roy a levantarse de igual forma, comenzando a desnudarlo. — Si no regresas, te buscaré.

—Un chico determinado. —Carcajeó.

—No soy un chico… Soy un licántropo. tomo lo que es mío por derecho.

   Chupó la garganta de Roy, raspando con la lengua y los dientes. “Mío.” Repitió mientras tomaba el miembro de Roy y comenzaba a masturbarlo, el hombre ahora acostado en la cama con las piernas abiertas, Max entre ellas, sujetándose de un brazo para estar sobre el rubio. Roy gimió con más fervor, Max volteándolo, alzando sus caderas, teniendo su culo alzado a él. Entró sin previo aviso, Roy soltando aire, como si violentamente escapara de sus pulmones. Las envestidas fueron firmes y poderosas, Max dispuesto a entregarlo todo por el placer de ambos, sintiendo su cuerpo arder. Tras la última envestida, con el culo chocando contra su pelvis, mordió el hombro de Roy, la sangre cayendo copiosa. Roy se dejó sujetar, mientras su cuerpo se calmaba, todavía teniendo a Max en su interior, más grande de lo que esperaba.

— ¿No vas a salir?

—Tengo que terminar de vaciarme, o será peligroso… Volverás y eres mío.



Continuará…

Hola a todos y a todas, espero que les haya gustado el capítulo, especialmente porque es mi primera vez haciendo una pareja masculina con un papel importante, ya que Max es protagonista al igual que sus hermanas. Últimamente me cuesta tener tiempo y energía para escribir, esta será la historia a la que le preste atención ahora, al menos mientras no esté bloqueada. Gracias y espero que me sigan apoyando y les den una oportunidad a las historias ya realizadas y las que están por venir. Un abrazo.🥰👇

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Espero poder leer sus comentarios, me animan mucho y me divierten sus reacciones, sus votaciones también estarían genial, pero realmente me gustaría leer que les parecen los capítulos.

   Por favor, denle la oportunidad a las demás historias, les aseguro que les gustará mucho. Muchos son crossovers y están enumerados para que puedan ver el orden. El sexo vende es muy popular. Ejejeje. Amor es sinónimo de dolor es una reflexión sobre lo doloroso del amor y lo traumático que pueden ser los lugares de reeducación sexual. Espero que les guste todas. ¡no olviden que comentar las historias no cuesta nada! ¡Un abrazo muy grande y hasta la próxima!😆

Tomando posesión de ti: Un nuevo ordenDonde viven las historias. Descúbrelo ahora