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El sol penetraba persianas, los pájaros cantaban, mis oídos eran mi único sentido. Estaba completamente dormida en el sofá, la alarma llevaba sonando por horas. Eran cerca de las once de la mañana, al decir verdad no quería levantarme, recordar todo lo de ayer y pensar en la idea que ese chico tenía de mí después de lo sucedido no me sentaba nada bien. Uno hace cosa realmente fuera de sí cuando una persona realmente le importa. Mi único refugio y mi mayor desgracia era pensar que no parecía tener el menor interés en mí, seguramente todo lo que hice lo olvidó en el momento, con eso en mente decidí empezar el día.
Me levante del sofá e inmediatamente fui a tomar una ducha. Un baño caliente puede arreglarlo casi todo, ojalá arreglara un corazón confundido. El vapor de agua empañaba los espejos, no me dejaba ver mi propio reflejo, dibujar en espejos impregnados de vapor será una de las mejores cosas cuando solo existes, pero todo termina cuando sabes que hay un sueño que cumplir. Mi exposición de fotografía. Olvidar lo malo y enfocarme en ese anhelo mantenía mi mente ocupada y mi corazón soñando, pero aun así no podía curarlo.
Salí del baño, los vapores salieron e inmediatamente se esfumaron, entre a mi habitación desordenada, repleta de fotografías de todo lo que alguna vez me hizo pensar que este mundo no es tan malo, el mundo esconde cosas maravillosas sólo tienes que verlo con otros ojos, una cámara.
Una playera azul, un jeans negro, unas zapatillas y una chaqueta de cuero, mi cabello ondulado que brilla con el sol. Descubrí un nuevo estilo estando triste y era sumamente horrible, no solía dejar mi cabello en su estado natural, el color azul no es de mis favoritos.

Las notas de nuestros corazones Donde viven las historias. Descúbrelo ahora