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Tocaron a mi puerta, eran cerca de las ocho de la mañana, me encontraba preparando algunos detalles para mi exposición de fotos. Cada día estaba un poco más cerca de mostrarle al mundo mi talento, estaba totalmente emocionada, logré todo yo sola. Soy genial. Abrí la puerta de casa... será, lo és, a mis pies se encontraba una caja, me emocioné bástate, tome la caja y la abrí enseguida. Lo es, mi nueva cámara fotográfica, la pedí hace tres meses, por un Segundo creí que jamás llegaría, acompañé esa hermosa emoción de tener en mis manos algo que había soñado con unos pequeños saltos de felicidad, de repente algo me detuvo, esa felicidad solo duro unos segundos, de la nada deseé contarle a alguien lo feliz que estaba, pero no tenia a nadie. Ana podría ser mi mejor amiga pero no es fan de la fotografía, de la nada mi celular comenzó a vibrar, es un número desconocido, aún así conteste.
Una voz bastante gruesa se alzó por el teléfono.
- ¡Hola!
- ¿Quien habla?
- Es en serio.
- ¿Perdón?
- Disculpa Juliet, soy Daniel.
- No puede ser, lo siento.
- Eres tan mala que no tienes mi número.
- Lo siento, no había tenido tiempo de registrarlo.
- Eres mala Juliet.
- Lo sé, ¿qué es lo que quieres?
- Solo quería hablar con alguien, ¿te molesta?
- No, está bien, ¿qué sucede?
- Podemos vernos para hablarlo.
-Daniel, no puedo hacer eso.
- ¿Por qué?
- No somos amigos, lo de ayer fue solo una casualidad.
- Jamás dije que lo fuéramos Juliet, somos dos personas que están solas en este mundo, creí que podrías escucharme.
- De acuerdo, lo haré.
- ¿Paso por ti a las ocho?
- ¿De la noche?
- Pues sí, tonta.
- Vale, tonto tú.
- Nos vemos Juliet.
- Adiós Daniel.
Eso fue algo muy extraño, pero después de todo Daniel tiene razón. Somos dos personas solas que no tienen a nadie en este mundo, para él eso sígnica contarme sus problemas, para mí eso no significaba nada. Hasta qué, él dio el primer paso. Tomé mi celular y regresé la llamada
- Hola Daniel.
- Juliet, ¿qué pasa?
- Estoy feliz.
- ¿Qué?
- Estoy feliz Jules, llegó mi nueva cámara.
- Vale, eso es genial Juliet.
- Lo sé, es genial.
- Deberías de llevar tu cámara.
-¿En serio?
-Claro que si, tomaremos buenas fotos chica.
-Gracias Daniel.
-Gracias a ti, por compartirme tu felicidad.
-Vale.
-Nos vemos a las ocho Juliet.
-Nos vemos Daniel, chao.
-Adiós.

Daniel reaccionó justo como quería que cualquier persona lo hiciera, eso me hizo feliz, siento que al fin el universo me devolvió algo después de quitarme tanto. Odiaba la idea de que existiera alguien igual de desafortunado que yo, quizás aún más. Pero era justo lo que necesitaba. Ahora sé qué tengo a alguien que depende de mí así como yo dependo de él.

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