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Hoy será un día muy atareado, tengo que ir a varios lugares, opciones para el lugar de mi exposición de fotos. Se supone que Ana me acompañaría, hasta que descubrí que se fue de fiesta a noche, al menos sus estados de Instagram me lo confirmaron. Da igual, esa chica siempre queda mal.
Al fin, esto es por mí y solo por mí. Faltaban tan solo dos meses para el gran día, hace meses encontré algunos salones muy lindos, donde la luz es perfecta y el espacio es amplio, ahora solo tenía que decidir cuál de los dos me vendría mejor, tenia que hacer esto yo sola.
Tome una pequeña ducha, elegí un lindo atuendo lo acompañé con un sombrero, salí de casa. Si quería llegar a tiempo con Daniel tenía que pedir un taxi y así fue, llegué al primer salón después de casi una hora. La señora Cervantes me esperaba en la entrada para mostrarme el lugar.
-Buen día señorita, usted debe ser Juliet.
-Buen día, así es.
-Bienvenida, soy la señora Cervantes.
-Encantada, señora Cervantes.
-Entremos al salón señorita.
-De acuerdo.
Debo admitir que el salón lucia muy pequeño por fuera, ni siquiera tenía un lindo jardín, aún así me dispuse a entrar, quizás el interior sea lindo
-Como puede apreciar señorita, el salón es perfecto para una exposición de fotos, cuenta con dos separaciones, tres ventanales en cada uno, las paredes son blancas, la luz es perfecta.
-Sí, lo es.
-Señorita, gusta que le invite un poco de té.
-Claro, muchas gracias señorita Cervantes.
-Muy bien.
Mientras tomábamos en té en mi mente pasó que la señora Cervantes no sabía nada de fotografía, dos ventanales no bastaban, la luz no era suficiente.
La señorita Cervantes digo una palabra que me dieron en lo más profundo de mi alma.
-Señorita sus padres deben estar orgullosos.
-Sí señora Cervantes, estoy segura que lo están.
-Claro que sí, de joven también me encantaba mucho la fotografía.
-Eso es maravilloso.
-Lo es, a mi hija Beatriz también le encanta la fotografía, solía tomar fotografías en las fiestas familiares .
-Ah, muy bien.
-¿Entonces te gustó el lugar?
-Es un lugar bastante bueno señora Cervantes, pero no es lo que busco.
-Vamos chica, es un buen lugar y con un buen presupuesto.
-No, estoy bien. Muy amable señora Cervantes.
-Ni hablar, fue un gusto señorita, la acompaño a la salida.
-Gracias.
La señorita Cervantes me quitó mucho tiempo hablando de su vida y la de su hija, hace años que no me había sentado a tomar té con una persona mayor, olvidé que su mente suele viajar de un lugar a otro.
Salí del salón, me despedí con beso en la mejilla. Inmediatamente caminé hacia el siguiente salón, el primero fue una pésima opción, el segundo salón tenía que ser exactamente lo que busco o algo así, quedaba un poco lejos, pero no lo suficiente para pedir un taxi, llegué al salón después de treinta minutos, estaba un poco cansada, al llegar el señor Ernesto me esperaba en la entrada, me revivió con un fuerte apretón de manos y una palmada en la espalda.
-Muy buenos días Señorita Juliet, ¿te ha costado llegar?
-Buenos días señor Ernesto, para nada.
-Me alegra escuchar eso, pero te vez cansada.
-Solo un poco.
-Déjame invitarte un vaso con agua.
-Vale.
-Pero que esperas señorita, entremos.
-Sí, muchas gracias.
El señor Ernesto abrió la puerta del salón, la luz iluminaba cada espacio y cada rincón, no hacía falta ni una pizca de luz natural.
-Muy bien señorita, como puede apreciar el salón es grande, cuenta con seis separaciones y doce ventanales.
-Ya veo señor, es un buen lugar.
-Claro que lo es señorita, es lo mejor que hay.
No pude contener mi sonrisa y el señor Ernesto no pudo evitar mencionarlo.
-Este salón es para usted señorita, puedo verlo en su sonrisa.
-Sí, creo que lo es.
-Excelente.
-Podemos ver el jardín.
-Claro que sí, por aquí.
El jardín era simplemente hermoso, tenía flores hermosas y un lugar perfecto para tomar café.
-Señor Ernesto quiero este salón.
-Me encanta ese entusiasmo señorita Juliet, sólo firme aquí.
-Vale.
El precio no era del todo agradable pero sé qué valdrá la pena, leí y firme todo.
- Muy bien Juliet, ahora el salón es tuyo, puedes venir a decorar y hacer lo que te plazca, preparar una galería de fotos no debe ser una tarea sencilla.
-No lo es señor Ernesto.
-¿Lo harás tú sola?
-Sí, lo haré yo sola.
-Eso es genial señorita, usted puede.
-Muchas gracias.
-La acompañaré a la salida.
-Si por favor.
-Listo, fue un gusto señorita, nos vemos el gran día, tendré listo a todo mi equipo.
-Gracias señor, es muy amable.
-Es que lo que usted hace es algo de admirar, hoy en día los jóvenes no pueden hacer cosas solos, le temen al fracaso y al que dirán.
No pude responder a eso, hacer las cosas sola no era una opción para mi, era algo que debía hacer, era algo muy común para mí, el miedo y las inseguridades no estaban en mi lista, no podía permitirme eso. No tengo a nadie.
-Señorita, está usted bien.
-Lo siento, todo bien.
-De acuerdo.
-Adiós señor, mucho gusto.
-Cuídese señorita.

La sonrisa en mi rostro desapareció. Cerca del lugar había un jardín, me dirigí ahí. Familias felices, parejas haciendo un picnic y una chica solitaria con la mente llena de recuerdos. Me recosté en el césped debajo de un árbol y simplemente no pude contener las lágrimas, mi mente no pudo evitar pensar en Daniel, debía tener planes pero no me importo, están vez fui egoísta y lo llamé .
-Daniel. 
-Juliet, ¿todo bien?
-No.
-¿Estás en casa?
-No, estoy un poco lejos.
-¿Donde estás Juliet?
-¿Para qué quieres saber eso Daniel?
-Solo respóndeme por favor.
-Te enviaré la ubicación.
-Vale.
-Daniel no hagas nada, por favor
-Ya voy en camino Juliet.
-No hagas nada, estoy bien.
-Si estuvieras bien no estarías llorando.
-No lo estoy.
-Claro y yo soy un tonto.
Daniel colgó, no estaba segura si quería que hiciera eso, pero me gustó. No estaba segura si podría ayudarme pero me haría compañía
Somos dos personas rotas, como podríamos ayudarnos.

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⏰ Última actualización: Jan 04, 2023 ⏰

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