Capítulo 1

6.4K 628 471
                                    

Varias personas se encontraban en silencio escuchando las palabras de un padre, todos vestidos elegantemente mirando expectantes a la pareja que se encontraba frente al altar

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Varias personas se encontraban en silencio escuchando las palabras de un padre, todos vestidos elegantemente mirando expectantes a la pareja que se encontraba frente al altar.

La capilla en la que se encontraban en ese momento era bastante grande y espaciosa, no estaba llena hasta reventar, pero si había una gran cantidad de personas, entre ellos había varios fotógrafos captando toda la escena que estaba ocurriendo.

Después de todo, uno podía darse cuenta que lo que se estaba llevando acabo no era algo pequeño, el lugar en cuestión era precioso, algunas de sus paredes poseían algo de oro en ellas, objetos brillantes, todo delicadamente cuidado y acomodado para que se vea visualmente bien pero tampoco que pareciera algo muy ostentoso.

Quién dirigía el evento estaba concentrando diciendo cada palabra que podía aburrir al inicio a los presentes, entre uno de los presentes se encontraba un híbrido oso vestido con un traje negro y una corbata negra, recuerda a su arrogante tío mencionarle que no debía usar una corbata negra en su boda: "Debes elegir el color de tu corbata de forma adecuada para la boda, los colores son muy importante porque traen un significado y puede que más de una persona lo entienda". Es evidente que se pasó el consejo por el culo, aun así, eligió la corbata negra con seguridad por su significado de soberbia, orgullo y arrogancia.

— Esposa y Esposo, ¿venís a contraer matrimonio sin ser coaccionados, libre y voluntariamente?

Spreen quiso decir que no, pero sintió una mirada fija como si estuvieran tirándole muchos cuchillos a la espalda, así que tuvo que responder a la par que la mujer que tenía a su lado "Sí, venimos libremente".

Huevos, claro que no, vino obligadamente, odiaba estar parado allí junto a una mujer que no conocía de nada, con suerte sabía su nombre y de quién es nieta, odiaba estar en una estúpida... ¿parroquia? ¿Iglesia? ¿Capilla? No tiene ni la más remota idea, solo sabía que deseaba irse de una vez por todas, pero sabía que si se iba en medio de la ceremonia iba a valer mierda gran parte de su fortuna. Maldecía en su mente a todos, no quería casarse solo para seguir teniendo en posesión las cosas que por derecho son suyas.

"Nos gustaría verte casado, con alguien acompañándote en las buenas y en las malas, así que, bueno, cómo no quieres hacerlo y nosotros estamos envejeciendo pues... O buscas alguien con quien casarte o te conseguimos a alguien con quien casarte, en caso de que niegues, queremos dejarte en claro de que no podrás seguir dirigiendo gran parte de las empresas, y recuerda que tu padre financio al inicio tus inversiones."

Recordar las palabras que uso su madre para amenazarlo en estos momentos se sentía aún más estresante todo esto.

— ¿Estáis decididos a amaros y respetaros mutuamente, siguiendo el modo de vida propio del Matrimonio, durante toda la vida?

"Sí, estamos decididos." Dijeron a la par la pareja, la mujer con una sonrisa radiante, no podía esperar a estar oficialmente casada con el hombre que tenía a su lado, no lo conocía personalmente, pero ya habría tiempo para ello luego de que ambos empezaran a vivir juntos hasta que la muerte los separe

— ¿Estáis dispuestos a recibir de Dios responsable y amorosamente los hijos, y a educarlos según la ley de Cristo y de su Iglesia?

— Sí, estamos dispuestos. –el tono de voz del novio era apagado, se notaba que no quería estar allí y que no decía aquellas cosas por puro gusto de casarse, era más que evidente, pero aun así el sacerdote no desistió de seguir con la boda como estaba planeado.

El sacerdote continuando con su trabajo, mira a ambos novios y les murmura por lo bajo que se tomen la mano derecha, a lo cual la rubia lo hace ya que el azabache no lucía con ánimos a seguir las ordenes de dicho señor.

— Spreen DMC, ¿quieres recibir a Analara Mendeliev, como esposa y prometes serle fiel en la prosperidad y en la adversidad, en la salud y en la enfermedad, y, así, amarla y respetarla todos los días de tu vida?

El mencionado azabache quería gritar "Por supuesto que no, no conozco a esta mina", pero no podía, lo peor es que sus amigos ni siquiera fueron invitados como para ayudarlo y gritar algún "yo me opongo" como en las películas, pero sabía que el "Si alguien se opone a este sagrado matrimonio, que hable ahora o calle para siempre" no eran más que frases inventadas para las películas estadounidenses.

El azabache suspira y cuando iba a pronunciar el "Sí, acepto", las puertas de la parroquia se abren de par en par, y se escucha un grito fuerte y certero.

"¡YO ME OPONGO!, ¡NO SÉ SI YA DIJO LA DE QUE ALGUIEN SE OPONGA QUE HABLE AHORA, PERO YO ME OPONGO"

Todos voltean a ver hacía la puerta y ven a un castaño con gafas, no podía distinguirlo bien, no sabía quién era, pero Spreen decidió aprovechar aquello, si era una señal del más allá para no casarse, por supuesto que la iba a tomar.

Tal vez aquel castaño era un amante de la chica o algo, tal vez podría hacerle un pequeño espectáculo por aquello, pero escucha como la chica murmura un "¿Y ese vato qué?"

La concha de su hermana, no conocía al pibe ese, escuchaba también a los familiares y amigos de la novia murmurar un ¿Quién es?, Definitivamente que echarían al pendejo ese al no tener a nadie conocido en esa boda...

El castaño de lentes por el contrario a retirarse o algo camino por el pasillo como si nada, ve que detrás de él viene un chico más alto que este de cabello castaño más oscuro que el de lentes, ese chico venía con una mueca que daba a entender que se estaba divirtiendo con lo que estaba pasando.

Bueno, dijo que iba a tomar está oportunidad para huir, y si nadie conocía al castaño, él fingiría que sí.

— ¡¿CÓMO TE VAS A CASAR?!, ¡¿ASÍ COMO ASÍ?! ¡¿Y LO QUE VIVIMOS QUÉ?! ¡¿NO SIGNIFICÓ NADA?! –grito el castaño que estaba a mitad del pasillo en esos momentos, podía distinguir sus ojos avellana, bastante bonitos, por cierto, pero estaban llorosos.

— Boludo, te tardaste una banda –dice Spreen sonriendo para luego soltar a la mujer que rápidamente volteo a verlo sorprendida al escucharlo hablar– Te desapareciste tan de repente que no pude encontrarte, pensé que no te volvería a ver.

Rápidamente el híbrido se acerca al castaño de nombre que desconocía y lo carga en sus brazos al estilo nupcial, causando murmullos y exaltaciones de sorpresa ante su acción.

Pero el público no era el único sorprendido, si no ambos castaños que habían irrumpido de la nada en la boda.

— Pero ahora que estás aquí, creo que podemos seguir juntos, a la mierda esta boda arreglada, me voy con esta persona con quién pase los momentos más felices de mi vida, y con quién verdaderamente me casaré –Exclama Spreen cargando en brazos al castaño.

— ¡Espera un minuto, Spreen! –grita la chica antes de que salga el híbrido por las puertas - ¡Esta es nuestra boda!

— Shhh. Si gritas así de fuerte sorprenderás a mi Bizcochito –dice el azabache con una sonrisa burlona- Como sea, debo irme, tengo que ponerme al corriente con mi cariño – Luego de pronunciar esas palabras sale de la capilla, siendo seguido por el otro castaño que había entrado junto con el de ojos avellana.

***

— ¿Perdón? No te conozco ni en pintura, estaba bromeando –dice el de lentes murmurando viendo al azabache, no quería reclamarle en voz alta después de haber hecho tremendo espectáculo– pendejo, me confundiste con alguien.

¡Yo me opongo! - SpruanDonde viven las historias. Descúbrelo ahora