Capítulo 11

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Entrar a su casa en estos momentos le traía un sentimiento de Déjà vu, más específico de nervios y miedo de lo que podría pasar a partir de ahora, como cuando era pequeño y temía entrar a su casa y decirles a sus padres que había reprobado una mat...

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Entrar a su casa en estos momentos le traía un sentimiento de Déjà vu, más específico de nervios y miedo de lo que podría pasar a partir de ahora, como cuando era pequeño y temía entrar a su casa y decirles a sus padres que había reprobado una materia.

¿Miedo de qué? De que supieran que estaba mintiendo, que se vendió por comida gratis y por su carrera. Conocía a sus padres y ambos querían lo mejor para él, no estaba seguro que quisieran que su hijo se volviera la prostituta sin sexo de un millonario... Eso sonaba horrible.

Respira profundo y explota un par de dedos de sus manos para calmar sus nervios.

«Vamos Juan, no será la primera y tampoco la última vez que le mientes a tus padres... Claro que ahora esta mentira será llevada por quien sabe cuánto tiempo. Tú puedes, es el papel más grande que interpretas, puedes hacerlo, recuerda Juan, un pequeño paso para un actor novato, un gran paso para llegar a Hollywood en el futuro.»

Más tranquilo, sin dejar de mirar la entrada a su casa, sonríe ligeramente al recordar a Sharpay y Ryan Evans, ¿Qué tan ridículo se vería a la vista de alguien si lo viera hacer los ejercicios que hacen esos dos antes de una actuación? Tal vez lo haga luego, en otra ocasión.

Pensando en ese par de hermanos de la saga de películas de High School Musical, su mente no pudo evitar reproducir la canción "What I've Been Looking For" cantada por Sharpay y Ryan. Sin duda una gran canción, mucho más motivado por la canción en su mente, abre la puerta de una vez y por fin entra a la casa.

¿Lo positivo? La canción. ¿Otra cosa? Que ya tenían electricidad nuevamente, una dicha, por lo menos llegar a su casa y que haya nuevamente luz.

Entrar a su casa bailando, era algo normal de hecho para su familia, después de todo, no temía en cantar en público y mucho menos bailar cuando se le antojara, ¿Qué más daba? Además, el recordar vagamente la coreografía que se aventaban en dicha música era inevitable no intentarlo.

Claro, que su coreografía se vio interrumpida por nada más ni nada menos que su cariñoso hermano mayor, quien al ver a Juan se le acerco y lo agarro por los hombros zarandeándolo.

— Mamahuevo, ¿Dónde demonios estabas? Estaba muy preocupado, te secuestraron de la nada, ¿Qué carajos fue eso? ¿Por qué ese pendejo te dijo Bizcochito? ¿Por qué te beso? ¿Por qué te secuestro? ¿Estas bien? ¿Sigues virgen? ¿Tienes algo roto? ¿Tus órganos siguen donde deben estar?

Pregunta tras pregunta sin siquiera detenerse un momento para que el pobre Juan pudiera digerir lo que preguntaba y sin siquiera Drako pensar claramente lo que estaba preguntando. Estaba preocupado.

En la ausencia de Juan, Drako temía bastante por su hermano, pensando en muchas posibilidades de lo que estuviera pasando, por un momento creyó que tal vez el novio no era en realidad el verdadero Spreen DMC y tal vez era un doble trucho que tal vez quería secuestrar a la novia, pero termino secuestrando a su pobre y pendejo hermano para vender sus órganos.

¡Yo me opongo! - SpruanDonde viven las historias. Descúbrelo ahora