Capítulo 19

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Otra de las cosas que no sabría si decir si positivas o negativas que había sucedido, es que desde ese día el oso estuvo más ocupado, según le había dicho por mensaje que tendría que volver al trabajo, entre uno de sus trabajos estaba la revista d...

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Otra de las cosas que no sabría si decir si positivas o negativas que había sucedido, es que desde ese día el oso estuvo más ocupado, según le había dicho por mensaje que tendría que volver al trabajo, entre uno de sus trabajos estaba la revista de Spreenfield, comento que ese lugar estaba de cabeza porque querían colocar noticias más frescas aprovechando que Spreen, su jefe actualmente estaba en el ojo público por el drama de su boda y la aparición de una pareja.

Al estar ocupado no pudieron reunirse en persona, pero sin perder contacto entre ambos por el motivo de la farsa y demás ambos han estado escribiéndose cada día y contando cosas que parecían tan insignificantes que no merecían la pena contar, pero Juan había insistido bastante a su "pareja" que lo mejor sería que le cuente su día a día y demás para hacer la relación más creíble, sus charlas por mensajes eran amenas, a veces incluso largas

Además de los mensajes han realizado varias llamadas entre sí cuando ambos están "a solas". Spreen sin gente que lo rodea y Juan en el baño de su casa, el único lugar donde puede tener algo de privacidad en esa casa, claro que al oso le causaba gracia escuchar como los hermanos de Juan le gritaban a este que saliera del baño que lleva 1 hora dentro.

Aunque había ocasiones en las cuales Spreen realizaba las llamadas cuando estaba cerca de varias personas, de esa manera la gente creería más su pequeño teatro. Fingía que era algo urgente y salía del lugar contestando la llamada con un "Bizcocho", lo suficientemente fuerte como para que el resto pudiera saber que estaba hablando con su supuesta pareja.

A pesar de que el oso tuviera mucho trabajo solía contestar ya sean los mensajes o llamadas de Juan, aunque debe de admitir que el lugar si era todo un lio, ni bien había vuelto al trabajo muchos de sus empleados más apasionados (aunque el diría chismosos) se le abalanzaron preguntando como es que no tuvieron la exclusiva de conocer la relación de su jefe, podrían haber aprovechado el tener más relevancia si se hubieran enterado antes. La única forma de calmarlos... Aunque eso aún no se lo notifico al implicado.

Para evitar la insistencia de la revista de Spreenfield News, decidió encerrarse en su oficina en Pollo feliz, mientras veía los documentos, cronogramas, presupuestos, los balances, los ingresos de este mes y demás cosas. Un suspiro frustrado sale de los labios del híbrido mientras centraba su atención en las distintas propuestas para el nuevo menú de su cadena de restaurantes, no era mala idea innovar, pero los presupuestos y lo que proponían no le convencían de todo.

Otro suspiro sale de sus labios, no quería trabajar, pero tenía varias cosas que hacer y no quería dejar acumulado trabajo, no era lo suyo. El menú era el menor de sus problemas, pero prefería intentar acabar con lo sencillo antes, aunque su mirada se desviaba de vez en cuando en dirección a su celular.

¿Por qué? No lo sabía, tal vez solo quería que las horas pasen más rápido y poder retirarse. Sí, es el jefe, pero eso no le da el derecho de irse cuando quiere, debe representar el ejemplo y trabajar, aunque no quiera y le aburra estar allí.

¡Yo me opongo! - SpruanDonde viven las historias. Descúbrelo ahora