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Te amo por como eres, empujemos y tiremos como un imán, aunque mi corazón esté cayendo, estoy enamorado de tu cuerpo

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Te amo por como eres, empujemos y tiremos como un imán, aunque mi corazón esté cayendo, estoy enamorado de tu cuerpo.

– Ed Sheeran, 'Shape of you'


Para empezar esta historia aburrida debemos conocer cómo empezó todo

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Para empezar esta historia aburrida debemos conocer cómo empezó todo.

Jeongin, un típico chico que iniciaba clases su primer año en la universidad de Busan. Alto, pelirrosa, delgado y... homosexual.

Christopher, otro típico chico que estaba en su segundo año en la misma universidad. Capitán del equipo de fútbol, atlético, alto, pelinegro y creído.

Un día estos chicos se toparon por una apuesta, sí, una estúpida apuesta. Tal apuesta consistía en conquistar a un chico de primer año, engañarlo y llevarlo a la cama para poder grabar un vídeo comprometedor de este.

Y a Christopher no se le ocurrió otro candidato mejor que no fuera Yang Jeongin, el chico pelirrosa más femenino que haya visto en su jodida vida.

El pelirrosa había aceptado públicamente ser gay, por lo que varios chicos intentaron llevarlo a la cama antes que Bang, pero como dicen por ahí, a veces tomas decisiones de las que después puedes arrepentirte.

Y Yang Jeongin tomó la decisión de obsequiar al pelinegro su tan valiosa primera vez, la noche que se topó al pelinegro en aquel bar al que lo habían llevado sus recientes amigos, para celebrar el inicio de su vida universitaria.

Esa noche Christopher tomó el regalo con gusto, el acto fue hermoso para el pelirrosa y un total error para el pelinegro. Un cansado y sudoroso chico se había acurrucado junto al cuerpo esbelto y delicado del otro.

Christopher se dijo que aquella deliciosa sensación que le brindó Jeongin no le podría pertenecer a nadie más que no fuera él. Y cuando sus amigos le habían pedido el vídeo, éste sólo formó una mueca fingida de asco.

No pude hacerlo, ni siquiera pude ponerme duro.

Una jodida mentira. Porque él sabía más que nadie que en cuanto pudo apreciar un poco de esa piel acaramelada, su amiguito había brincado entusiasmado por lo que vendría.

Jeongin buscó por todas partes a Christopher, ilusionado de que ahora ambos tenían una relación amorosa. Pero, grata fue su sorpresa cuando al encontrarlo, el pelinegro se estuviera devorando la boca de una chica pelirroja, siendo alabado por sus compañeros de equipo.

Sus ojitos se aguadaron enseguida y su sollozo llamó la atención del pelinegro. Christopher lo miró sorprendido y con un poco de miedo. Los pies del pelirrosa empezaron a moverse lejos, corriendo hacia el salón vacío de artes.

Soy un idiota —se dijo con desprecio hacia si mismo—. ¿Quién podría quererme?

Yo te quiero —Christopher lo había seguido después de dar una excusa poco creíble a sus compañeros—. Te quiero para mí, Jeongin.

¡Deja de mentir!

No estoy mintiendo.

Pues puedes irte a la mierda.

Jeongin había querido salir del aula, pero Christopher fue más rápido al sostener su cintura y levantarlo sobre su hombro, para después sentarlo sobre el escritorio del salón de manera poco suave.

Idio...

La boca que había estado sobre la boca de la chica pelirroja ahora estaba sobre la suya, sus ojos se abrieron de par en par por la sorpresa y sus manos poco a poco subieron hasta colocarse sobre el cuello más pálido mientras los cerraba. Christopher sostuvo la cadera de Jeongin para acercarlo más y el pelirrosa respondió al llevar sus piernas alrededor de la contraria.

Ambos chicos movían sus labios con anhelo, los dedos sobre el cuello del pelinegro se movían acariciando la piel suave al igual que los que yacían en la cadera del pelirrosa. Al separarse Christopher notó las mejillas rosadas y empapadas por unas cuantas lágrimas. Sus pulgares se dedicaron a limpiarlas y dejó un beso casto sobre la frente, párpados, mejillas y nariz del pelirrosita.

A nadie podré besar así desde ahora y nadie podrá besarte a ti tampoco. Eres mi novio, Yang Jeongin, me perteneces ahora.

Jeongin quiso sonreír luego de eso, pero las palabras que escuchó después, no dejaron que lo hiciera por completo.

Pero tendrás que hacerlo a mi manera.

—Pero tendrás que hacerlo a mi manera

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