New Rules ☘ ChanIn

๑.* 09

Si quieres amor, tendrás que pasar por el dolor.

– NF, 'If you want love'

Christopher no recuerda cuando fue la última vez que estuvo en un lugar así.

Su cabeza empezaba a doler por el sonido ensordecedor de la música y empezaba a cabrearlo que cada dos minutos una mujer se le ofreciera en bandeja de plata.

Después de lo que pasó con Jeongin, el lindo pelirrosa había vuelto a ignorar sus llamadas. Más de cuarenta veces había sido enviado al buzón, en un sólo jodido día. La situación lo estaba sobrepasando, el menor siempre era quien hacía que la molestia de tener que convivir con su madrastra desapareciera. Jeongin siempre lo liberaba del estrés, le proporcionaba esa sensación cálida y tranquila.

Era la primera persona que le hacía sentir las estúpidas mariposas, era el único que lograba ponerlo a sus pies con una sonrisa. Y ahora, era el único en el que pensaba, el único al que deseaba ver.

No se le ocurrió nada más que encerrarse en un bar y tomar hasta que su cabeza dejara de pensar en lo estúpido que fue al tomar a la ligera la relación que tenía con el pelirrosa.

Su garganta quema al beber el líquido amargo y deja caer el vaso sobre la barra de manera brusca, limpiando su boca con la mano antes de pedir un trago más.

El volumen de la música parece subir conforme pasan los minutos y para cuando Christopher decide ir un momento al baño, sus piernas fallan y cae de rodillas al suelo.

—Estás hecho un asco —logra escuchar que alguien dice cerca de su oído. Sus ojos se posan en un chico pelinegro que mantiene una mueca de desagrado hacia él—. Así que tú eres el desgraciado que irrita a mi novio.

Christopher no presta atención a lo último, se apoya del chico y se levanta con torpeza. Sus sentidos no están del todo bien, así que no recuerda cómo es que termina siendo acompañado por el chico hasta el baño, ni recuerda siquiera por qué dejó que lo hiciera.

Para cuando logra reaccionar, se encuentra despertando en una habitación que no es la suya, su cabeza duele como el infierno y una fina capa de sudor ha hecho que su camisa se adhiera a su cuerpo.

—¿Qué mierda...? —murmura sosteniendo su cabeza, sentándose en la cama y notando que sus pantalones han desaparecido. Maldice al imaginar que es lo que ha pasado y, se regaña mentalmente al sentirse un completo estúpido y haber dejado que el alcohol en sus venas lo gobernara—. ¡Carajo!

—Qué boca más sucia te cargas, ¿así eres siempre? —el chico pelinegro que recuerda haber visto en el bar entra a la habitación. Christopher se levanta de golpe al verlo y su mandíbula se tensa.

—Maldito imbécil, ¿Qué fue lo que hiciste?

—¿Qué fue lo que hice? —repite burlón—. Mm, veamos... Te encontré en el bar de mi familia por casualidad, me hiciste llevarte al baño, te saqué del bar para traerte aquí, te quité los pantalones porque tu asqueroso vómito cayó en ellos... Por cierto, me debes una alfombra nueva, no pienso tocar esa mierda en mi vida de nuevo. Ah y te follé.

—¿¡Qué!?

—Bromeo, eso último no pasó. Pero apuesto a que lo pensaste.

—¿Quién mierda te creiste para hacer todo eso?

—Mira, no lo hice por ti. Lo hice sólo porque mi novio me lo pidió.

—¿Y tu maldito novio qué tiene que ver conmigo?

—Primero, si vuelves a insultar a mi novio, te parto la cara. Es amigo de alguien cercano a ti, así que cuando le llamé para decirle que había visto al idiota de la foto que me enseñó, empezó a decirme que su amigo estaba preocupado por ti. Me pidió que te sacara de ahí y eso hice, de nada.

—Muchas gracias, pero no necesito que nadie se preocupe por mí.

—Me importa muy poco lo que necesites, yo sólo hice lo que me pidió Seungmin.

—No conozco a ningún Seungmin.

—No me sorprende, Seungmin no se junta con basuras como tú.

Christopher ríe.

—Sin embargo, tiene un novio que le quita los pantalones a otro hombre.

—En verdad eres irritante, mocoso.

—Me llamo Christopher, no mocoso.

—Yo soy Minho y te llamaré como se me dé la maldita gana. Ahora date un baño y lárgate, mocoso.

Y aún si todo el dolor sigue ahí, Christopher sólo puede dejar que el agua caiga sobre su cuerpo, rogando que aquel amigo que mencionó el pelinegro sea en quien está pensando.

Porque si es así, está dispuesto a hacer que las cosas estén bien de una buena vez. Aún si eso implica que Jeongin conozca todas sus mentiras.