.Austin.

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Derek no pudo evitar fruncir su ceño con algo de fuerza, creando la famosa mirada Hale. No. Todo estaba mal.

— Derek....Sourwolf -murmuró Stiles, sonriendo con dulzura desde el marco de la puerta, sosteniendo dos tazas de té entre sus manos.

El mayor se encontraba en el suelo de la habitación, con un desarmador en la mano y una pieza extraña perteneciente a la cuna que habían comprado para su cachorro en la otra, cuna que obviamente armó por su cuenta, dejando al menor bajo amenaza de que si tocaba cualquier cosa le acusaría con su padre y últimamente este siempre estaba del lado del lobo.

Hace un poco más de tres meses que habían sacado a la luz la noticia y este fue uno de los primeros en enterarse. Noah había llegado a casa completamente agotado después de un largo turno en la estación y casi de inmediato se encontró con Derek, sentando en el comedor con una carta de renuncia entre sus manos. Este obviamente se sorprendió y no pudo evitar preguntar demasiadas cosas, quedándose en silencio cuando su amado hijo apareció y se sentó junto a este.

Y entonces Derek confesó la razón de su renuncia.

Y el sheriff definitivamente explotó....en risa.

Fue bastante difícil convencerle de que no se trataba de una broma, sin embargo al final los tres terminaron llorando en un apretado abrazo.

Y desde entonces Noah se convirtió en el gran defensor de un lobo increíblemente caprichoso.

— Dame un momento, necesito repararlo, no quiero que nuestro cachorro sufra algún accidente -respondió, completamente concentrado en el mueble.

Fue imposible para Stiles no sonreír y negar con suavidad, a pesar de su embarazo  y su ya notoria barriga Derek no dejaba de intentar reparar todo, casi siempre con la excusa de que era por el bien del cachorro.

Hace dos meses que ambos habían decidido mudarse juntos a la casa del menor, dado que esta se sentía mucho más como un hogar para ambos, pues el loft a pesar de ser muy diferente a lo que era años atrás este no se sentía completamente apto para criar a un cachorro.

— Necesitas un descanso lobito -intentó convencerle.
— Espera....Listo! -soltó con emoción, poniéndose de pie con rapidez.
— Es perfecta Der...-le sonrió con suavidad, acercándose a este para entregarle una taza.
— Gracias -susurró, dejando un pequeño pico en su boca, para después beber la mitad de su té- — Aún falta armar el cambiador y la mecedora pero antes tengo que reparar el...-Stiles le interrumpió con suavidad, llevando una mano a su mejilla.
— Derek...se que es tu forma de canalizar tu estrés y ansiedad por el embarazo, pero grandote...vamos a la sala, Austin no se va a lastimar con una puerta que cruje al abrirse, todo estará bien, vamos a descansar un momento cariño -sugirió, llevando su mano libre a su barriguita para acariciarle.

El pequeño Austin se movió con emoción, creando un par de sonrisas en los rostros de sus padres.

— Él también está de acuerdo, además pedí hamburguesas de Marco's -le sonrió con más fuerza, continuando con sus caricias.
— Extra tocino? -susurró, olfateando el aire con suavidad.
— Extra tocino, extra queso y extra lechuga, como a ustedes les gusta -aseguró con alegría.
— Podrías haber empezado con eso-le besó con rapidez, desapareciendo rápidamente, para después volver con la misma rapidez y cargarle al estilo de recién casados, evitando aplastar su redonda barriga .

Stiles negó suavemente y le observó con cariño, últimamente su espalda baja dolía más de lo normal al caminar, por lo cual tenía que andar con más cuidado y lentitud. Obviamente Derek se ofreció a tomar su dolor en diferentes ocasiones, pero por mucho más obvias razones este se negó y para su suerte su padre tomó su lado.

— Gracias -respondió, dejando un suave beso sobre su cuello.

La primera vez que el lobo se había atrevido a hacer aquello en su estado este le había regañado, sin embargo Deaton le aseguro que aquello no lastimaría a nadie, después de todo Derek seguía siendo un lobo y un poco de peso no era demasiado preocupante.

Una hora, cuatro hamburguesas, tres canastas de papas francesas, media docena de alitas y dos sodas después Stiles se sentía apunto de explotar, mientras que Derek parecía estar a nada de comerse la envoltura se su hamburguesa.

— Mi padre trajo un pastel de chocolate con fruta que se que tú y nuestro cachorro van a amar -soltó con algo de gracia, acariciado su barriga con suavidad.
— Si tu padre me sigue alimentando así voy a parecer hombre elefante en lugar de hombre lobo -bromeó sonriente, estriándose ligeramente sobre el sofá.
— Ah si? Eso pensabas anoche cuando te comiste seis burritos? -le recordó con gracia.
— Era una emergencia -se excusó.
— Una emergencia que se repite cuatro veces por semana? -se burló.
— Ya...-murmuró apenado, colocando su mano sobre la de Stiles.
— Solo estoy jugando mi querido Sourwolf, te amo -respondió suavemente, inclinándose para besarle.
— Cuidado porque podría comerte -murmuró sobre su boca, colocándole sobre su regazo en un rápido movimiento.
— No frente a los niños -respondió con diversión, sintiendo como Austin pateaba con suavidad.
— Ow...-susurró, acariciando su barriga con suavidad- — Cada vez patea más fuerte, definitivamente heredó mi fuerza y tu adorable hiperactividad...-agregó, para después perder su mirada en la alfombra de la sala- — Hey, notaste que hay una mancha de vino en la alfombra? Necesito...-observó a Stiles quien a su vez le observaba con seriedad.
— Derek Hale, cariño, no tienes que temer, Austin estará bien, a veces pienso que en lugar de prepararle para el mundo necesitaremos enfocarnos en preparar al mundo para Austin, no es por presumir pero tenemos unos genes que uff, tú inteligencia y la mía...tu fuerza y mi astucia...tu belleza y mi sarcasmo...-intentó tranquilizarle.
— Entiendo, lo siento -dejó escapar una risita.
— Ves? Relájate, ademas, es vino en la alfombra, no un agujero en el suelo, puedo repararlo -aseguro, acariciando su mejilla con suavidad.
— Sabes? He reparado más cosas en esta casa de lo que puedo recordar...pero tu reparaste lo más importante...-le observo con un ligero sonrojo.
— Si? -murmuró sonriente.
— Si...a mi, me diste un motivo, una esperanza...una familia...me hiciste sentir vivo de nuevo -confesó- — Realmente te amo Stiles Stilinksi y no puedo esperar para pasar el resto de mi vida contigo y tener decenas de cachorros...bueno si así lo quieres...tampoco quiero obligarte y...-Stiles inmediatamente le interrumpió, lanzándose a este para besarle.

— Der...déjame resolver la primera parte...-murmuró al separarse.

Y en un rápido movimiento Stiles tomó un objeto detrás de uno de los cojines del sofá y lo colocó entre ambos.

Y el corazón de Derek por poco se detiene.

Entre las manos del menor se encontraba un pequeño estuche de terciopelo, que en cierto punto se abrió, mostrando un precioso anillo.

— Der...no es la forma en que pensaba hacerlo pero la verdad cada día me arrepiento un poco más de esperar el momento indicado y...se que prácticamente ya estamos unidos pero...-aclaró su garganta, intentando buscar las palabras correctas.
— Si -soltó de golpe- — Aceptó, quiero casarme contigo -le observo con emoción, acariciado suavemente su barriga cuando Austin comenzó a moverse excesivamente.
— Gracias lobito...-susurró, colocando el anillo sobre su dedo- — Y sobre los cachorros...definitivamente no me importaría darle hermanitos a Austin -agregó sonriente.

Quién lo diría? Un simple trabajo de reparación había reparado su vida.

Fin...?.

Sup! Honestamente me gustaría cerrar esta historia de una forma dulce y sencilla sin usar mucho relleno, pero acepto sugerencias.

No olviden comentar, seguirme y leer mis otras historias! Los amo!.

Can you fix it? -SterekDonde viven las historias. Descúbrelo ahora