61. Las fotos.

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Alexby nunca se había sentido tan raro, amaba a fargan? Quizás, pero no sabía de que forma, no sabía lo que era estar enamorado realmente, quizás sentía atracción o necesitaba comprensión, o quería distraerse, habían tantas opciones que la cabeza no le daba, suspiró arreglando su bolso, pusó algunos cuadernos en fila dentro de su mochila, se levantó de su asiento cuando un chico parecía haber captado su atención -Hey.

Al momento de voltear supo perfectamente de quien se trataba, Mangel era ligeramente más alto que él, y siempre llevaba una especie de venda de tela pegada a la frente, se le olvidaba que le tocaba la misma clase a la misma hora esa semana. Ni siquiera tenía ganas de hablar con alguien esa mañana, tenía frío, hambre, y quería irse lo más rápido que fuera aunque le quedaban bastantes clases por delante, entre ellas exámenes importantes -Mangel, qué tal.

-Meh, aquí pasandola, pero tú no te ves tan bien- alexby jadeó saliendo de la Sala entre la multitud junto al mayor -Semana loca, da igual, ayer fue un día complicado, es por eso que no pude dormir.

-Lo entiendo, lolito me mantiene despierto por la noche así que- una risita irónica salió de sus labios -Alex, escuche que ayer rubius fue sentenciado a 25 años, ¿no?

-Sí- se sentía tan cansado, había obtenido una mala calificación en su último examen, su carrera se iría al caño si seguía igual de deprimido, Mangel acarició su cabeza prendiendo un cigarro después de caminar por el aire libre -Te has estado durmiendo tarde, sabes que no es bueno.

-Ya, pero tengo tanto que pensar y tan poco tiempo para procesar que me es difícil dormir, creo que me he tomado al rededor de más de 4 café cada día- caminaron juntos hasta el patio central, era la hora del almuerzo por lo cual Mangel sacó de sus pobres bolsillos un sándwich.

-¿Quieres? Si sigues así, te agarra la anemia- alexby asintió con una sonrisa genuina y triste a la vez, agarrando la mitad del pan donde dentro de la masa yacía la mantequilla y un trozo de jamón. Al morderlo sintió que no había ingerido alimentos en años, quizás se había dejado llevar por la depresión del momento, y había dejado de notar esos cambios.

Y siendo sincero, no extrañaba a fargan, extrañaba la idea que creó de él, extrañaba que no lo tocaba en la noche cuando acababa de discutir con alguien, extrañaba a su amigo -Está rico- dijo masticando como si fuera una ardilla pequeña.

-Le diré a lolito que te haga más, si sigues así terminas muerto- sonrieron de forma genuina -Mangel, cómo le haces para no enamorarte de lolito?

Mangel escupió parte de su comida masticada, parecía putrefacto -Es solo que, ustedes son amigos desde...desde que tienen como 4 años, ¿no te pone en una situación vulnerable el hecho de pensar que lolito te vea como un interés amoroso, o que tú seas el que le vea de esa forma?

-Eso es bastante directo, ah- toció -Uh, una vez, nos besamos.

-¡Ves! Sabía que en algún punto...

-Pero fue bastante extraño- agregó.

(...)

Mangel había cumplido 16 hace poco, su fiesta fue un desastre pero de todas formas la disfrutó, sus padres habían salido por trabajo y lolito como cada día visitaba su jardín a traerle golosinas o a veces; cigarros. Esta vez era distinto, habían planeado una pijamada a último momento, y como las familias eran vecinas no causaban revuelo alguno -Mangeeel.

Susurraba con el azabache pendiente en su cuaderno con un ejercicio químico pendiente -¿Qué?

-Te veo distraído, más de lo normal- Mangel suspiró dejando su lapicera de lado -Sabes, he estado experimentado mi RUT estos días y, ah, es algo incómodo-

ᵍʰᵒˢᵗ ᵇᵒʸ. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora