Las coincidencias no existen si algo está destinado a pasar pasará, todo esto estaba destinado a ocurrir y ocurrió, el fuego se encontró con el agua pero ni el agua se evaporó ni el fuego se apagó las llamas se tragaron la ciudad, todo lo que sentían era amor y dolor...El primer encuentro fue doloroso, el Alfa ya había sido herido, pero no lo parecía las gotas de sudor en su rostro eran el único signo de su dolor.
— Zayn, ¿De verdad estás bien?— preguntó el otro Alfa de tez más claro que la suya.
— Estaré bien— susurró el Alfa pelinegro, reviviendo en su mente la reciente escena, no había querido disparar, de verdad que no lo había querido, pero aquél Alfa...
— Intenta descansar, hermano, tenemos que llegar a la ciudad.
— Lo haré, — dijó en voz baja, — ve a sentarte, no necesitamos levantar sospechas.
— Bien, — cuando el otro Alfa se retiró, Zayn cerró los ojos por un momento, entonces lo sintió, un poco débil, pero un dulce aroma lo llamaba, el delicioso aroma a fresas y algodón de azúcar lo tuvo abriendo los ojos de inmediato.
Y ahí, a unos cuantos pasos de él, estaba el bonito Omega...
— Por favor cambié mi asiento, — pedía el castaño con voz temblorosa, — se lo suplico señorita azafata.
La chica lo miró dudosa, todos los lugares de la sección estaban ocupados, excepto los de primera clase...
— ¿Qué ocurre?— preguntó su compañero.
— Tiene miedo a volar, y el asiento que le corresponde es en la ventanilla, quiere que le busque otro asiento, — explica rápidamente.
—¿Y porqué no cambia su asiento con el pasajero de al lado?— pregunta la otra mujer.
— Porque el pasajero de su lado no quiere cambiarlo, — dice el Omega rápidamente, — por favor, no quiero un asiento junto a la ventanilla.
— De acuerdo, ven conmigo,— lo ubicó junto al Alfa, — aquí por favor, trataré de mover a algún pasajero, — dijo la mujer.
— De verdad gracias, — dijó el Omega suavemente, — es la primera vez que vuelo.
— Esperé...— el otro Alfa estaba por protestar, quería que su hermano estuviera tranquilo, Zayn lo detuvo rápidamente con una señal. Entonces Zayn pudo apreciar el aroma de cerca, y al Omega, su rostro enmarcado por un cabello castaño, tenía unos labios rosados, y unos bonitos ojos miel, realmente bonito...
<<Señores pasajeros, estamos próximos a despegar, por favor mantengan abrochados los cinturones, apaguen los celulares y cualquier otro equipo durante el despegue >>
El Alfa miró al Omega abrochar su cinturón con las manos temblando, quiso ayudarlo pero el dolor en su costado era horrible.
Cuando el avión finalmente despegó miró al Omega cerrar los ojos con fuerza, al instante sintió la suave mano aferrandose al dorso de la suya que estaba recargada en el reposabrazos, a pesar de que las uñas se enterraron en su piel no protestó, estaba disfrutando el contacto, pronto el agarre del Omega se relajó, y Zayn decidió unir sus manos por sus palmas.
Con mucho miedo aún, el Omega abrió lentamente los ojos, y se encontró con un par de miradas, con timidez sus ojos vagaron al pasajero al lado suyo, y entonces se soltó de inmediato, avergonzado por las marcas que sus uñas habían dejado en él, percibió su fuerte olor chocolate amargo y una pizca de jengibre, rápidamente identificó que el hombre a su lado era un Alfa.
—Lo siento perdón, perdone, tengo miedo a volar, no me doy cuenta, me dejé llevar, te arañado bastante — buscó entre la pequeña bolsa que llevaba con él, sacó una pequeña bandita de dibujos animados y mientras seguía disculpándose lo colocó en la mano del Alfa, — lo siento mucho, por eso no me gusta volar ya sé que el miedo es irracional pero... lo siento también, por hablar tanto...
Zayn miró su mano, definitivamente la bandita con el dibujo de Hello Kitty no iba con sus tatuajes, ¿Pero a quién le importaba? Sonrió a pesar del dolor y le regaló una sonrisa al Omega de al lado, esté también le sonrió y su corazón latió aceleradamente, era muy pronto para decirlo pero por alguna razón no lo quería dejar ir.
Sin embargo, un destello de realidad lo golpeó, no podía, no podía tener un vínculo con nadie, ser la cabeza de una de las principales familias de mafiosos lo tenía atado de pies y manos, si en algún momento se mostraba sensible a los demás, sus enemigos lo usarían en su contra.
No sé dió cuenta de cuánto tiempo permaneció ensimismado en sus pensamientos hasta que la cabeza del Omega a su lado pareció acomodarse contra su hombro, el dolor latió en el nuevamente, pero decidió ignorarlo, decidió que por el tiempo que durará el vuelo disfrutaría del aroma y el calor del bonito castaño.
Continuará...