La Decisión

376 47 18
                                    



—Señorita Chapman.........., Piper se giro viendo a su abogado

—¿Voy a ir presa? ¿ire a la cárcel?........



—La suerte esta de su lado. Su abogado la vio con un aspecto exaltado y sorprendido. —Berkshire Hathaway ha decidido a última hora retirar su acusación, al parecer creen que la publicidad del caso no sería benéfica para su empresa. Le dijo en tono jovial, Polly y Lorna gritaron exaltadas por lo que escucharon.

—Retirar la acusación... Piper tartamudeaba. —¿Pero acaso pueden hacerlo así, sin más? Su mirada de incredulidad estaba fija en su abogado.

—En circunstancias normales, no. Convino el abogado. —Pero... en este caso... la decisión del juez ... Se veía que luchaba por dar una explicación lógica, pero Piper ya no le prestó atención, se abrazó a sus amigas.

Lo único que le importaba era la enorme sensación de alivio que acabó con el miedo y la ansiedad de los últimos meses, ya no iría a la cárcel, estaba libre, no lo podía creer, sobre todo por la eficacia con la que Alexandra Vause la había destrozado cuando ofrecía su testimonio, estaba segura de que el jurado la habría condenado a trabajos forzados en Siberia si ella se lo hubiera pedido.

—¡Piper! ¡Amiga! Lorna y Polly reían felices. —¡Eres Libre! Piper lloraba junto con ellas.

—Siiii, la que debe estar furiosa debe ser la abogada por la decisión de Berkshire Hathaway. Aunque no parecía el tipo de mujer a quien no le importara que le quitaran un caso de esa forma. Pensó Piper.

—Que nos importa lo que deba estar sintiendo esa abogada, tu eres libre, eso es lo que importa. Termino diciendo Lorna.

Junto con la sensación de alivio, Piper sentía un enorme placer, le habían quitado a Vause la presa de sus garras. ¡Cómo la odiaba! Cómo odiaba a todas las mujeres como ella, que oprimían a los menos afortunados, y usaban su inteligencia, su habilidad, su educación para ganarse una buena suma a costa de la desgracia de los demás, a ella no le importaba que fuera culpable o inocente, lo único que le importaba eran sus honorarios.

—Señorita Chapman, es preciso que. Su abogado le decía algo, pero Piper no le escuchaba, se volvió hacia él y lo miró, el retrocedió un paso y la miró titubeante, al conocerla no había querido aceptar su caso desde un principio; era un juicio lleno de problemas e incertidumbres, a lo sumo, esperaba que le dieran a Piper una condena menos severa; al tener en cuenta su juventud y su falta de antecedentes, que Berkshire Hathaway decidiera de pronto retirar la acusación, era algo que no esperaba.

—¡Estoy libre! vamonos no quiero estar ni un minuto mas en este lugar. Sin mirar atrás salió del tribunal junto con sus amigas y se encontraron bajo el brillante sol de primavera.

Las calles de Londres estaban llenas de bullicio con los sonidos del tráfico, quería ponerse a bailar en medio de la calle, abrazar a todo el mundo, gritar que estaba libre, que la pesadilla había terminado. ¿Pero la comprenderían? No, Probablemente, igual que el jurado, la habrían condenado si tuvieran la oportunidad....

Una semana después, ya no se sentía tan eufórica, la realidad enfrió su alegría inicial, desde la muerte de sus padres, de Larry, y después de haber vendido la casa para seguir con la búsqueda, se había quedado sin dinero, tanto Polly como Lorna le ofrecieron que se mudara con alguna, termino aceptando el ofrecimiento de Lorna ya que Polly vivía con su novio, lo menos que quería era incomodar a Lorna, pero le quedaba muy poco dinero como para alquilar un departamento.

Seras miaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora