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—¿Estás enojado? —le preguntó Chan a su esposo, quien estaba hecho bolita en la cama

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—¿Estás enojado? —le preguntó Chan a su esposo, quien estaba hecho bolita en la cama.

—Que te diga que fue el peor día de mi vida es suficiente respuesta para ti.

—No pensé que Hannah fuera a molestarse.

—Pues lo hizo —Jeongin fulminó a Chan con la mirada y le dio la espalda sin decirle nada.


Momentos antes

Jeongin revolvió toda su ropa y se dio cuenta de que realmente nada le quedaba bien, además de los pants y pijamas para dormir porque estos estiraban.

Abrió el armario de Chan y sacó su ropa, definitivamente algo de eso le tenía que quedar.

Sonrió cuando se dio cuenta de que, aunque no perfecto la ropa de Chan si le había quedado, tenía puesto un bonito traje color crema y una camisa roja que lo hacía resaltar mucho.

No es demasiado, pensó.

Luego miró a Chan mirándolo detenidamente en el marco de la puerta.

—Ese es mi...

—Espero no te moleste —le interrumpió apenado.

—Para nada, lo que es mío es tuyo también, espera voy a traer algo que te quedaría perfecto.

Jeongin sintió y se sentó en la cama cuando Chan regresó le mostró unos bonitos aretes de presión y ayudó a Jeongin para ponérselos.

—Te ves precioso, voy a bañarme. Espérame para que bajemos juntos a ver a Hannah.

—Sí, todavía voy a maquillarme.

—Jeongin, déjame presentarte —Hun se acercó hasta él con un tímido chico detrás de él—

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—Jeongin, déjame presentarte —Hun se acercó hasta él con un tímido chico detrás de él—. Él es Lee Félix.

Jeongin miró de arriba abajo al chico que le había hecho una reverencia.

—H-Hola, soy Yang Jeongin —también hizo una reverencia, pero más pequeña por su barriguita.

—Félix es un joven muy trabajador y estudioso —halagó Hun—. Sabe cocinar y hablar varios idiomas, también ha aprendido equitación y esgrima, la persona que se casé con él va a ser muy afortunado.

Jeongin sonrió fingidamente. Lástima que su hijo no, pensó.

Ah, Hun era insoportable.

Chan se acercó hasta ellos y abrazó a Jeongin de la cintura.

—Papá, puedes dejarme un tiempo con mi esposo, quiero presentarlo a unos amigos... Hola, Félix.

—Hola, Chan —Jeongin pudo ver como el chico se acomodaba un mechón de su cabello.

—Bueno, me llevo a mi esposo.

A pesar de ese mal rato todo iba tranquilo hasta que ella llegó.

—¡Sorpresa! —gritaron todos para recibir a la pequeña Hannah, hubo abrazos y besos por todos lados. Él sonrió antes de abrazarla.

Pasó un momento hasta que ella casi le arranca una oreja.

—¿Qué haces con mis pendientes? —ella puso una cara enfadada y la atención de los invitados se dirigió a ellos.

—Los robaste —Hun dijo fuerte y claro.

—No, para nada, ni siquiera sabía que eran de ella —dijo temeroso, pero todos le estaban dedicando miradas desaprobatorias.

—Los tomaste en la mañana cuando te dije que me ayudarás a limpiar.

—No es así —se defendió.

—Papá yo... —Chan intentó hablar.

—¡Cállate, Chan! He abierto las puertas de mi casa y es así como me...

—Papá...

—¡Que te calles, Chan! Sabía que no eras bueno para mi hijo.

—Señor Hun... —Jeongin trató de razonar con él, pero fue interrumpido al igual que lo había sido Chan hace unos momentos.

—No lo puedo creer, tú realmente eres una rata sucia...

—¡¿Por qué no te callas de una buena vez?! —Chan alzó la voz—. No le hables así a mi esposo —tomó a Jeongin del brazo fuertemente bajo la atenta mirada de todos—. Yo tomé los estúpidos pendientes ahora discúlpate con mi esposo.

Hun miró a todos lados y sonrió.

—Mientes porque quieres protegerlo.

—Discúlpate —pidió de nuevo.

—No.

—Creo que es mejor que se retiren —pidió Jaehyun a los invitados.

—Gracias por arruinar mi fiesta de bienvenida.

Hannah se cruzó de brazos indignada. Chan se rindió, su papá no iba a disculparse, tomó a Jeongin del brazo y subieron a su habitación.

 Chan se rindió, su papá no iba a disculparse, tomó a Jeongin del brazo y subieron a su habitación

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El casado casa quiere ☘ ChanInDonde viven las historias. Descúbrelo ahora