El casado casa quiere ☘ ChanIn

❥ 04

—¿Por qué estás llorando? —le preguntó Chan bastante preocupado.

—Tú ya no me quieres porque estoy gordo y feo —le afirmó sin ninguna duda que hizo fruncir el entrecejo de Chan.

—¿Qué dices? ¿De dónde sacas tantas tonterías? —Chan se acercó a él y le dio un abrazo—. Yo te quiero, nunca voy a dejar de quererte y no estás gordo, bebecito. Estás embarazado.

—¿Vas a quererme siempre? —Jeongin hizo un tierno puchero infantil.

—Por supuesto, que me parta un rayo si miento —el castaño alzó los brazos y los bajó cuando nada pasó.

—Entonces, ¿por qué no tenemos sexo?

Chan se puso rojo como un jitomate.

—No voy a tener sexo en la casa de mis padres, tú haces mucho ruido —Chan le pellizco la nariz—. Papá se va a dar cuenta si dejamos fluidos en la cama.

—Yo lavaré la ropa mañana, no hay problema.

Chan lo miró serio.

—Sé que eres muy buena persona y no sabes decir no, pero no dejes que papá te ponga a hacer muchos quehaceres y no cargues mucho peso, no quiero que nada te pase ni a ti ni a mi hijo.

Jeongin asintió.

—Está bien, no hay problema, algo tengo que hacer ahora que dejé la escuela.

—Pero no hagas cosas que requieran mucho esfuerzo ni peligrosas.

—No lo haré, entonces, ¿podemos tener sexo? No haré ruido te lo aseguro.

Chan asintió.

—Pero será en el baño, en verdad no quiero que mi papá se dé cuenta o va estar molestándome.

Jeongin asintió un poco más relajado.

Si Jeongin se había sentido solo el primer mes, ahora mucho más porque Chan se había conseguido un trabajo y ya casi no lo veía. El mayor se iba a la escuela en la mañana y en las tardes a su trabajo por lo tanto regresaba en la noche cuando ya estaba durmiendo.

Se levantó como de costumbre y planchó el uniforme de Chan, tendió la cama, limpió el polvo y barrió. Luego fue hasta el cuarto de los padres de Chan y limpió también, era algo que ya estaba acostumbrado a hacer porque quería ser acomedido y no un estorbo.

Hun lo miró mientras limpiaba, el señor siempre vestía bien, aunque eran pocas las veces que salía de casa, para los ojos humildes de Jeongin, Hun era guapo y elegante.

—Limpia el cuarto de mi hija mientras término de cocinar, ella regresa de Australia hoy y quiero que esté limpio.

Jeongin asintió y miró a su suegro bajar de nuevo a la cocina.

El cuarto era muy bonito, tenía un color lila en las paredes en la parte superior y uno rosa pastel en el inferior. Cambió las sábanas y quitó todo el polvo, también acomodó sus maquillajes y peluches y finalmente el armario donde había mucha ropa y zapatos de marca.

Jeongin sabía que la familia de Chan no era de baja clase social como él, pero a veces creía que era demasiado.

Desayunó cereal con leche porque no tenía mucha hambre y lavó en la mañana la ropa.

Miró a Hun limándose las uñas y suspiró.

"Dios, dame paciencia"

—Jeongin —el señor Jaehyun le habló y el menor puso atención—, vamos a tener una cena familiar hoy, van a venir unos amigos, tal vez quisieras que te compre algún atuendo.

Jeongin no tenía nada en contra con el padre de Chan, al contrario, el hombre era amable y modesto, sin embargo, aquel comentario le hizo sentir un poco mal.

—No es necesario, señor Bang —Jeongin negó.

—¿Estás seguro? Puedo comprar ropa para embarazo muy bonita.

Jeongin volvió a negar.

—Aún me queda mi ropa.

—Sólo deja al niño hacer lo que quiera —Hun le dijo a su marido.

Jeongin volvió a suspirar y subió a la habitación para cambiarse.

Humillación, Jeongin jamás se había sentido tan humillado.