El fin de semana transcurrió y Rodrigo jamás se separó de Iván, el sábado salieron a pasear todo el día por los distintos lugares de su ciudad, y el siguiente día estuvieron viendo películas en la casa del pelinegro.
Ahora era lunes. Iván estaba aterrado y Rodrigo completamente deprimido.
No quería irse, deseaba quedarse junto a Iván y ser aunque sea amigos, además de eso, debía separarse de Germán y María, era una completa mierda.
—Hey, buenos días, Rodri— le saludó el pelinegro, con una sonrisa ligera y una mirada llena de tristeza.
Rodrigo abultó su belfo inferior en un puchero y sollozó, decir que estaba sensible era poco. Ver a Iván frente a él le lastimaba de sobremanera, porque sabía que no lo vería por mucho tiempo, a menos que él lo visitara.
El colegio quedaba lejos, en otra ciudad.
—No, lindo, no llores— Iván limpió sus lágrimas y dejó un pequeño beso en su frente, se sentía desesperado, aún así trataba de mantener la compostura para no empeorar el estado de Rodrigo.
Rodrigo pudo calmarse luego de un rato y le regaló una sonrisa a Iván, que fue inmediatamente correspondida.
—Te traje un regalo— musitó, rebuscando en su mochila, Iván se acercó más a él y sujeto sus manos, ganándose la mirada verdosa del petiso.
—No hace falta... Ya me conquistaste, no es necesario que sigas regalandome cosas. Por favor.
—Juro que es la última vez, sólo permíteme obsequiarte esto— sacó una caja de terciopelo naranja y se la extendió al contrario.
El pelinegro abrió la pequeña caja y se llevó la sorpresa de que allí yacía un anillo, del mismo material que el anillo que le regaló a él, y en el centro reposaba una preciosa espinela negra, que brilló en sus ojos.
—Te gusta el negro, ¿no?— rió, —considero que tú también mereces tener una espinela del color que te gusta... Me costó un riñón.
Iván le miró anonadado y no tardó en abrazar fuertemente al contrario, quien correspondió de manera rápida y acarició sus cabellos azabaches. —Gracias, Rodrigo, en serio gracias. Muchas gracias.
—No es necesario que agradezcas— se sorprendió al oír sus sollozos, sonrió con tristeza y alzó el rostro ajeno para besar sus belfos dulcemente, como una pequeña caricia a la piel que cubría su boca. Iván se separó en cuestión de minutos e introdujo aquél anillo en su dedo corazón, en el cual lo tenía Rodrigo, pero en la mano izquierda.
—No te vayas...
—Tengo que— suspiró, —te prometo que cuando pueda vendré, en vacaciones de navidad quizás... Por cierto, deberías ir al colegio.
—No quiero— ladeó la cabeza. —Quiero estar contigo hasta que te vayas.
—Me iré en la noche, niñito— Iván rodó los ojos ante en apodo, causando que Rodrigo soltara una carcajada.
—No me importa.
El pelinegro volvió a abrazar al petiso y sonrió sobre la piel de su cuello.
Quería pasar las últimas horas de Rodrigo allí junto a él.
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only two weeks.
Fanfic͏͏͏͏͏͏⠀⠀ ͏͏͏͏͏͏ ͏͏͏͏͏͏ ͏͏͏͏͏͏ ͏͏͏͏͏͏ ͏͏͏͏͏͏⚝ ٬ 'conquistaré tu alma y corazón en dos semanas, lo prometo. ' © 𝖻𝗒 ﹫𝘄𝗵𝗼𝘀𝗯𝗹𝘂𝘂𝘃 | 2O22 ⋆ ִֶָ ࣪ 𝗡𝗢 𝖽𝖾𝗆𝖺𝗇𝖽𝖺𝗋, 𝗇𝗈 𝗌𝖾 𝖼𝗈𝗇𝗌𝗂𝖽𝖾𝗋𝖺 𝗼𝘁𝗽 !!