epilogue

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Nueve de la noche, faltaba una hora para la partida de Rodrigo.

Iván aún sollozaba en sus brazos, queriendo que eso fuera una pesadilla y pronto despertara en una mañana fría, para tener que ir a su colegio recibir los regalos que Rodrigo solía darle, extrañaba eso.

Por otra parte, Rodrigo se mantenía callado, acariciando su cuerpo delicadamente con la esperanza de que aquello lo calmara. Era obvio el hecho de que estaba sorprendido por ver a Iván en un estado tan vulnerable, verlo con su cara empapada de lágrimas y sus ojos brillantes llenos de tristeza era algo inusual, y doloroso.

-Ya casi es la hora, tengo que ir a la estación de tren- murmuró el petiso, recibiendo un asentimiento por parte de Iván, quien se levantó y limpió su rostro colorado.

El camino en el auto de la madre de Rodrigo fue sumamente deprimente, con un aura pesada y el silencio intenso que hacía a Rodrigo sentirse cada vez más culpable por haber aceptado cambiarse de colegio, suspiró, mirando de reojo a Iván.

Estaba apoyado en la ventana, con la mirada perdida mientras trataba de detener su llanto. Ni siquiera se había ido aún, pero el pecho del alto dolía demasiado.

Rodrigo tomó su mano que descansaba en su pierna y ladeó su cuerpo para mirarle. -Estaremos bien, lo prometo- susurró.

Iván asintió, sosteniéndole la mirada, y le dedicó una de esas sonrisas que derretía el corazón del ojeroso.

El auto se quedó nuevamente en silencio y muy pronto llegaron a la estación. El cuerpo de Rodrigo tembló de nerviosismo, no quería irse, no cuando había logrado conquistarlo.

Rodrigo bajó junto a su progenitora e Iván, dirigiéndose a la zona trasera. Su madre se encargó de hacer el papeleo para que pudiera irse mientras el petiso estaba junto al pelinegro.

-Te voy a extrañar- susurró Iván, tomando sus manos y acariciando estas con cariño.

-Yo igual- suspiró, intentando disipar las ganas de llorar, -por favor, prométeme que no te vas a ir con alguien más. Sé que suena egoísta, pero me costó mucho tiempo y dinero lograr el haberte gustado.

-No creo poder gustar de alguien que no seas tú ahora.

Besó sus labios y lo abrazó por la cintura muy fuertemente. -Te amo, Iv.

-No sabes cuánto te amo yo a ti, Rodri... Me duele que te vayas tan pronto.

Las lágrimas que Rodrigo intentó contener salieron a la luz y volvió a besar sus belfos, fundiéndose en un beso intenso y cariñoso que apaciguó por unos momentos la tristeza de sus corazones, que latían en sintonía.

Se separaron finalmente por la falta de aire, y Rodrigo le dedicó una sonrisa que hizo a Raúl sollozar.

Se separaron cuando la madre del ojeroso llegó, con las lágrimas a flor de piel, -ya es hora, cariño, ¿tienes tu boleto a mano?

-Sí, ma'.

-Bueno, toma tus maletas corazón- se acercó a besar su mejilla y sonrió de manera reconfortante.

Rodrigo tomó sus maletas y entró al tren luego de darle una mirada inexplicable a Iván, rebosante de sentimientos encontrados que solamente el pelinegro podía descifrar. Buhajeruk sollozó, y sin embargo lo despidió con una gran sonrisa y el movimiento efusivo de su mano. -Nos vemos, lindo.

-Chau, Iv.

Iván lo vio alejarse por la ventana del gran tren, y Julieta, la mamá de Rodrigo, apoyó su mano en su hombro. Eran casi de la misma altura, -lo siento, Iván, sé lo mucho que se gustan, pero créeme que el tiempo se pasará rápido.

El pelinegro sonrió para ella, quien se atrevió a limpiar su rostro y le devolvió la sonrisa. -¿Te parece si vamos a cenar en mi casa? Me siento algo sola ahora que él se fue.

-Con mucho gusto, señora Julieta.

Finalmente, ambos se retiraron de aquella estación y se dirigieron al hogar de la mayor, hablando animadamente sobre Rodrigo.

Iván iba a extrañarlo, extrañaría sus regalos, sus abrazos, sus besos y su voz chillona.

Quiso llorar al ver la espinela negra de su anillo, recordó las palabras de Rodrigo esa tarde, mientras lloriqueaba en su vientre.

«-Me da la impresión de que nuestros anillos son de compromiso- rió, -casémonos en un futuro, por favor.»

Sonrió. Rodrigo era increíble.

Tan increíble que cumplió su palabra, y logró conquistarlo incluso antes de las dos semanas.

only two weeks.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora