Capitulo 31

330 67 19
                                    

Las cosas estaban más que problemáticas, las sectas habían salido para ir de frente a una guerra, en Cang Qiong las cosa no eran diferentes, los discípulos fueron organizados para ir de frente, ataques lejanos y aquellos que se encargarían de los heridos, todo estaba planeado para hacerle frente a un demonio que por sí mismo podía destruir sectas, pero ahora mismo todos sabían gracias a la información del palacio Hua Hua donde estaba y podrían hacer un ataque sorpresa.

La noticia de que tres discípulos de los principales de la secta habían salido sin un permiso no se hizo esperar, tres maestros estaban muy molestos porque sus discípulos se fueron en un momento muy delicado para el mundo de la cultivación y ellos salían como si nada, cuando todo estaba muy peligroso, pero por otro lado ambos tenían una idea de que sus discípulos se podrían hacer cargo cuando volvieran.

Aquella orden fue dejada a los discípulos más pequeños que se encargarían de estar dentro de la seta, hasta que aquella guerra terminara, todos los discípulos mayores de la secta fueron llevados a la guerra, entre ellos dos discípulos principales acompañarían a los maestros a enfrentar la amenaza que era aquel demonio.

Mientras tanto lejos de la secta, algunos jóvenes discípulos venían a toda prisa volando en sus espadas para llegar hasta la secta, pero la condición de uno de ellos hizo que pararan en su camino, para que este se recuperara, el día fue largo para dos discípulos a la espera de que su menor despertara del envenenamiento, pasaron la noche en un bosque donde todo era tranquilo para su suerte, esperar a que su Shidi despertara fue el comienzo de su desesperación, aguardar a que la flor hiciera efecto fue una tortura, ver a su Shidi retorcerse en el suelo fue una agonía, el no poder hacer nada, el solo guardar paciencia para que la infusión tuviera efecto, pero el largo proceso y el cansancio en el cuerpo de los tres solo hizo que todos cayeran en un largo sueño.

El comienzo de la mañana fue dado por los rayos del sol en la cara de los discípulos que habían pasado la noche en el bosque, dos de ellos estaban despertando cuando la presencia del tercero hizo que ambos entraran en pánico, habían perdido a su Shidi, quien solo estaba un poco lejos de donde los otros dos se encontraban, lo que llamo su atención fue el llanto que se escuchaba en la dirección de su Shidi.

—¿Shixiong, escucha lo mismo que yo? —pregunto Wei Yao, aun despertando completamente.

—Sí, Shang Shidi está llorando. —dijo Shen Jiu viendo en la misma dirección.

—¿Le dolerá algo? —dijo este en tono preocupado.

—No lo creo, más que un llanto de dolor, parece de frustración. —al escucharlo se podía notar en su voz, lo triste que se encontraba.

—¿Nos acercamos para ver que está pasando o lo dejamos desahogarse? —dijo Wei Yao hacia Shen Jiu.

—Creo que sería mejor dejarle llorar, después puedes preguntar qué pasa.

—No sería mejor preguntar antes de que se deshidrate por llorar.

—También puedes hacer eso. —dijo de forma indiferente.

—¿Porque yo? —dijo con duda en acercarse.

—Porque yo no lo hare. —dijo de forma sencilla, haciendo que Wei Yao lo viera un momento antes de tomar una decisión.

Después de dejar aquella conversación Wei Yao se acercó a su Shidi para ver qué era lo que sucedía, se suponía que el veneno debería de desaparecer de su cuerpo con la flor que su Shixiong le dio para salvar su vida, pero él estaba llorando un poco lejos de ambos.

—¿Shidi? —dijo Wei Yao, acercándose a Shang Hua.

—Shi, Shixiong —dijo este tartamudeando y con lágrimas en los ojos.

Una Jiējie para el villano escoriaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora