Capítulo 18

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Todo era tan tranquilo, estaba en mi departamento, tomando un té verde, algo relajante por la mañana, antes de irme a trabajar, era tan relajante, contemplé la ciudad desde la altura de mi departamento y la vista era grandiosa era como volar en mi espada y...

¿Volar?

¿Volar en espada?

Me sentía confundida, como era posible si quiera pensar en volar en espada, creo que haber leído demasiadas novelas ultimadamente en el trabajo me estaba haciendo imaginar cosas, sin más distracciones tome mis cosas y las llaves de mi auto, cuando iba caminando al estacionamiento sentí la mirada de las personas en mí, era confuso era como si no me conocieran, muy raro, el guardia del edificio incluso llamó a más hombres, era muy raro más de lo normal, dejé eso de lado y seguí con mi rumbo y todo era igual, pero me sentía extremadamente observada, las personas miraban mi auto o mejor dicho me veían a mí, era muy incómodo, como si nunca me hubieran visto entrar a trabajar, pero cuando estaba por ingresar al edificio de la editorial donde trabajaba fui detenida por Josh, lo recordaba era un joven extranjero que había sido contratado días antes de mi accidente...

¿Accidente?
Porque pensaba en un accidente, no había tenido ninguno ¿o sí?

—¿Qué hacemos con ella? —pregunto este niño al amable señor Yi Zhan.

—Pídele que se retire sin causar problemas.

—¿Disculpé? —dije ofendida. —Como pretende sacarme de mi trabajo, solo vengo a cumplir con mi deber como jefe de edición de novelas en curso, como que me retire.

—Señorita Wei, creo que hay un problema.

—¿Cuál es? —porque me quería echar del edificio.

—Usted está muerta.

Al decir eso, fue como un balde de agua muy fría, había dicho muerta, yo muerta, creo que debería de saber si estaba muerta, yo...

Accidente, ¡volar en espadas!

De pronto mi alrededor se hacía muy grande mi cuerpo era como el de una niña muy pequeña, y cuando traté de ver a mi alrededor ahora me encontraba prisionera con cadenas en mis pequeñas muñecas, y era escalofriante, lo recordaba, claro que había recordado como olvidar el día en que me humillaron profanado mi cuerpo, este cuerpo que ahora me pertenecía, pero por más que trate de volver mi conciencia no podía, era un hecho que mi tortura solo había comenzado, era una pesadilla es una pesadilla repetía cada vez más rápido, cuando mire a los hombres acercarse, claro que recordaba quienes me hicieron odiar el simple hecho de dar un abraza, de tener a las personas a mi alrededor, odiaba estar a solas con los hombres más grandes y fuertes que mi tamaño pequeño.

Era como pasar por el mismo infierno otra vez para que no se me olvidara nada de lo pase desde que había llegado a este lugar.

Los golpes, los gritos, latigazos, las cubetas de agua fría todo era como revivir ese día, una y otra vez, estaba cansada, quería eliminar toda esta basura de mi mente, y cuando creí que todo empeoraría pude despertar de otra maldita pesadilla.

No sabía cómo habíamos llegado, pero ya estábamos en la secta, fue tan confuso mis sentidos no estaban en orden, hace tan solo unas horas estaba en el carruaje escuchando las historias del maestro y ahora podía sentir como me cargaban, fue ahi cuando me percaté que el maestro me cargaba.

—Maestro —llame para que este supiera que había despertado.

—A-Li ya está despierta, has dormido mucho tiempo, hasta comencé a preocuparme, estabas llorando cierto.

—Esta lo siente, fue...

—Está bien, dile al maestro que paso.

—Otra pesadilla, otra vez estaba en ese lugar.

Una Jiējie para el villano escoriaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora