Una Jiējie para el villano escoria

Capítulo 46

EL ORIGEN DEL PROBLEMA

Era otro día tranquilo en las grandes pasillos de mármol en el palacio Hua Hua, todos los discípulos saludaban al maestro del palacio, quien entraba bastante molesto después de una discusión que había tenido unos momentos atrás, todos discípulos del palacio sabían que su maestro del palacio venían de la secta Cang Qiong, ninguno menciono el instinto asesino que venia del maestro, quien sin necesidad de alguna palabra todos los que le observaban se apartaban de él, siguiendo su camino hasta estar en una habitación solitario donde nadie más que el maestro del palacio podía ingresar.

Desde un lugar alejado de los oídos de cualquier persona que pudiera escuchar las maldiciones que estaba pensando, sello el lugar en donde estaba, el enojo que el maestro del palacio sentía era tanto que tiro todo lo que había en aquella oficina, los pergaminos fueron rasgados con odio, las tazas de té fueron tiradas a las paredes de aquella habitación quebrándolas en el momento.

En aquella oficina había un pequeño espejo de bronce que al verle de cerca se podía ver el reflejo de aquel cansado anciano, tomo el espejo en sus manos, odiando lo que se reflejaba en él, esto solo hizo que el odio del anciano fuera mucho más que antes.

Pov Maestro del palacio Hua Hua.

Ver a través del espejo en mis manos era horrible, toda mi vida desperdiciada de esa maldita manera, no pude más con eso, por lo que con muchas más fuerza tire aquel maldito espejo lejos, no necesitaba ver el reflejo de mi fracaso, podía ver desde la ventana de la habitación a todos los discípulos, pequeños bastardos que piensan que pueden ser nobles por estar aquí, estúpidos insectos que solo servían para ser desechados, pero malditos sean todos al ser jóvenes, la juventud, ver sus jóvenes rostros me enfermaba, verme en el espejo y saber que no era aquel joven amo que lo tenia todo en sus manos era repulsivo, recordar que abandone todo lo que podría haber tenido por esa mujer hacia que la ira me consumiera, un acto que jamás le perdonaría incluso después de muerta seguiría maldiciéndola, como se había atrevido a jugar de esa manera conmigo, como es que pensaba que podía verme a los ojos y coquetearme de manera desvergonzada y no pagar por lo que hizo, atreverse a burlarse y verme como algo que no podía ni siquiera soñar con estar a su lado, maldita Su Fei, maldito el día que atravesó mi camino, maldita sea la hora en que nos vimos por primera vez.

*

43 años atrás.

Se podía ver una mansión hermosa que era el vivo reflejo de la influencia y el poder que se podía decir que tenía la Familia Lao en sus mejores momentos, todas las personas alrededor de aquellas tierras sabían la gran cantidad de influencia y poder que tenia dicha familia, los grandes comercios entre las regiones cercanas tenían diferentes fiestas para mostrar sus productos cada ciertas temporadas, en una de las dichas fiestas un nuevo comercio apareció, un poco más grande que el promedio de las otros comercios pero pequeño en comparación con el gran y temible comercio Lao.

El comercio Su, una pequeña familia de comerciantes que viajaban buscando un lugar para establecerse junto a su familia y amigos que conformaban aquel comercio, Su Jin un hombre noble con una pequeña familia nuclear conformada por solo hijas que el adoraba con intensidad, las mujeres de aquella familia fueron la sensación por muchos días, eran admiradas por sus grandes modales e inteligencia, pero la mayor de la jóvenes nunca aparecía en grandes festividades como lo eran aquellas fiestas entre comerciantes, los rumores de su belleza no se habían hecho esperar, y entre los interesados por ver aquella joven dama está el que todos conocían como Lao Gongzhu el joven de la familia Lao quien se había interesado por la descripción de aquella dama, que según los rumores era la más bella de sus hermanas era algo que atraía la atención de muchos, y aunque los rumores eran algo demasiada para el gusto del Lao Gongzhu, este también estaba curioso por aquella dama.