Problemas maritales

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Habia pasado casi un mes desde que Beelzebud, uno de los príncipes del infierno más influyentes había desposado a uno de los humanos mas complicados de la historia el místico ruso Grigori Rasputín. O quizá era el demonio quien se enfocaba en complicar aún más la situación, en cualquier caso, algo era cierto y es que la palabra matrimonio puede significar más complicaciones que las que un demonio o un humano podrían soportar.

Beelzebub: Cómelo

Le pidió el demonio a su esposo mientras le acercaba una cuchara hacia la boca, Grigori rápidamente se aparto disgustado. No sabia que diablos habia en la cuchara pero claramente no era comestible, juraría que incluso la "comida" se había movido por cuenta propia.

El demonio intento nuevamente hacerlo probar de lo que habia preparado, pero ante otro rechazo opto por utilizar otra maniobra. Procedió a asustar a su marido con un enjambre moscas cuando el monje abrió la boca por el susto, fue golpeado por la comida recién preparada.

El príncipe espero un par de segundos antes de sacar la cuchara de la boca de su marido.

Beelzebub: ¿Sabe bien?

El monje le dio una mirada de fastidio antes de escupir la comida del demonio.

Grigori: Idiota.

El ruso se marchó molesto, no estaba de humor para ser parte de los experimentos de su marido. 

El demonio suspiro un tanto decepcionado y procedio a tachar la comida en su lista de posibilidades románticas para acercarse al monje. Fue entonces que vio a una de las parejas de humanos y dioses pasar.

Qin: Entonces ¿Te gustaron los huevecillos de chinche que te prepare?

Preguntó curioso el emperador a la deidad, quien parecía encantado con el detalle echo por su novio.

Quetzalcóatl: ¡Estuvieron maravillosos Qin! Fue un dulce que consideraras la gastronomía de mi región.

El emperador sonrió complacido al escuchar la respuesta de su novio.

Beelzebub miro confundido la escena, no entendía por qué la deidad mesoamericana apreciaba el gesto de su pareja cuando a él lo habían rechazado. Tal vez el paladar de su marido era muy exigente o su comida terrible, algo irónico porque estaba seguro de haber copiado la receta del antiguo emperador a la perfección.

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Al día siguiente el demonio decidio probar suerte espiando a otra pareja, fue el turno del semidios Hércules y de Jack el destripador.

Hércules: ¡Yo recogí estas flores para ti Jack!

Gritó nervioso el semidios mientras le entregaba un ramo de flores al destripador, quien sonreía agradecido, pero al mismo divertido por la timidez del semidios. Cuando se trataba de cuestiones románticas, Hércules era conocido por meter un poco la pata.

Jack: ¡Me encantan! Thanks, my dear god.

La sonrisa del destripador al recibir las flores pareció calmar el nerviosismo del semidios quien comenzó a reír avergonzado.

"Las flores es un obsequio que le gusta a todo el mundo" dedujo el demonio tras observar a la pareja, recordó que par de hermosas flores blancas había crecido alrededor del estanque de Ronaldo.

Déspues del RagnarokDonde viven las historias. Descúbrelo ahora