Déspues del Ragnarok

Hermanos mayores

Ares: ¡Ese maldito es un asesino! ¡¿En qué demonios estabas pensando?!

Exclamó con furia el dios de la guerra, hace un par de minutos su hermano menor le había dado la noticia más espantosa de su vida. El semidios le confesó que se encontraba enamorado de un humano y fue peor cuando le menciono que era el mismo bastardo que lo había asesinado durante el Ragnarok.

Hércules: Ares escucha, Jack ha cambiado...

Fue bruscamente interrumpido.

Ares: Ni siquiera te atrevas a mencionar su nombre, ese bastardo no es humano.

Hércules: ¡Ares! ¡¿Cómo te atreves a decir eso?!

Ares: Escúchame bien Hércules. ¡Te prohíbo volver a verlo!

Hércules: No eres nadie para prohibírmelo.

Ares: Soy tu hermano mayor, vas a hacer lo que te digo o yo mismo mandaré a ese bastardo al infierno.

Su amenaza colmo la paciencia del semidios, quien con un gran testarazo hizo al dios de la guerra retroceder.

Hércules: No te atrevas a tocar a Jack.

Ignorando los gritos de su hermano, se marcho del lugar en búsqueda de su amado humano.

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Jack: My dear god. ¿No crees que tal vez estás exagerando un poco?

Preguntó el londinense ligeramente molesto. Hace un par de días, el semidios le conto lo sucedido con su hermano mayor, desde entonces Hércules se había vuelto muy sobreprotector con Jack, al punto que pasaban todo el día y la noche juntos, asegurando que lo protegería en todo momento.

Sin embargo, su preocupación fue tanta que generó un par de discusiones la más importante trato sobre si Jack podía ir al baño solo o no, después de varios minutos de disputa el semidios cedió, pero con la condición de que lo esperaría pegado a la puerta.

Actualmente se encontraban en el coliseo observando el entrenamiento de varios guerreros, entre ellos algunos de los hermanos de Jack. Hércules lo había sentado sobre su regazo, y con sus fuertes brazos lo cubrió buscando protegerlo.

Jack suspiro. Realmente no le molestaba pasar todo el día junto a su amado dios, sin embargo, no le gustaba verlo alerta y preocupado en todo momento.

Jack: ¿Sabes que nos está observando, cierto?

Preguntó el londinense. A varios metros de ellos se encontraba el dios de la guerra Ares, lleno de pintura y tierra por lo visto trataba de camuflarse con las gradas con tal de vigilar a la pareja.

Hércules: Desde el primer día. Siendo honesto no quiero interrumpirlo, le rompería el corazón saber que sus camuflajes no han servido de mucho.

Jack: ¿Hablas de su disfraz de árbol, de bote de basura y el de la estatua?

Preguntó divertido el humano.

Hércules: Si...

Hércules: Sabes Ares puede ser muy impulsivo, pero es buena persona en realidad. Incluso siendo el dios de la guerra tiene un gran corazón.

Jack: Eso es cierto, en realidad en estos días más que odio, el siente una profunda preocupación hacia ti. Deberías hablar con él.

Hércules: Tienes razón, será lo mejor para todos.

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