Mentiras

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Michel Nostradamus al igual que todas las noches se encontraba recorriendo las tierras sagradas en busqueda de un buen entretenimiento. 

Cuando escuchó sobre el asalto a la ciudad de los demonios, fue inevitable para él querer viajar hacia el inframundo, sin embargo, tras llegar al castillo de la deidad griega por primera en vez en su vida, se arrepintió de sus decisiones.

Solo unos minutos atrás resistía las ganas de reír cuando uno de los príncipes del infierno era ignorado y echado del castillo por el rey del inframundo, sin embargo, cuando la serpiente habló, el ambiente entero del lugar cambio...

La ira del dios del inframundo se extendió por el castillo, al punto que hizo temblar al boticario quien observaba a escondidas, la expresión del rey era sombría y aterradora. No comprendía el odio de la deidad hacia el Edén, pero antes de que pudiera darse cuenta Michel se dirigía a su hogar a toda prisa despavorido.

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Mientras tanto en la casa de humanidad todos se encontraba reunidos celebrando el regreso de Beelzebud.

Rasputín: ¡Entonces pateamos en la cara a Asmodeo! ¡Y prendimos fuego en la pista!

Contó emocionado el monje, recordando su gran hazaña del día.

Nikola: Hablas de forma metafórica, ¿no?

Preguntó preocupado el inventor.

Rasputín y Beelzebud comenzaron a reír de forma descontrolada, como si fuese lo más obvio del mundo. Tras el ataque de risa de la pareja, las miradas se dirigieron al hermano mayor de la humanidad, quien solo alzó los hombros tímidamente, habían regresado con vida y eso era ya un logro.

Rasputín: ¡Pero debieron ver, Ares llegó al rescate montado en Cerbero!

Apolo miró a su hermano con una ceja alzada, por lo visto Leónidas no era el único que debía una explicación.

Beelzebud: ¡Al final quemamos todo y nos llevamos el pastel!

Comentó divertido el demonio, quien parecía un tanto pasado de copas al igual que su esposo.

Rasputín: ¡Deberían hacer eso en todas las bodas, quemar el lugar como señal de un nuevo comienzo! ¡¿Qué te parece si quemamos el castillo de Asgard cuando te cases Raiden?!

El luchador de sumo comenzó a toser escandalosamente, no por la insinuación piromaníaca de su hermano, sino por la referencia a su futura boda.

Qin: Oh, eso suena a que alguien no le ha dicho a su suegrito lindo... la bella noticia.

Adán: Raiden, ¿hablaste con Thor sobre el embarazo de Thrud?

Preguntó en tono serio el padre de la humanidad.

Lü Bu: Claro que hablo con él, pero solo para decirle que deseaba acortejar a su hija de la forma correcta, no hablaron nada de una boda o del futuro retoño.

Comentó divertido el general, al ver la expresión vergüenza en su hermano.

Raiden: Es solo que no he encontrado el momento oportuno.

Mintió descaradamente el luchador de sumo, ganando una expresión molesta por parte del padre de la humanidad, la mirada de Adán hizo temblar al rikishi más grande de la historia.

Raiden: Yo haría cualquier cosa por Thrud. Ella desea la bendición de su padre para nuestro matrimonio... pero por más que lo intento ¡el me odia!

Gritó a todo pulmón el luchador, llamando la atención de todos los presentes.

Déspues del RagnarokDonde viven las historias. Descúbrelo ahora