Capítulo 5

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Que triste amar algo que la muerte puede tocar

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Que triste amar algo que la muerte puede tocar.

Y yo misma he comenzado a temer el día que me separen de él.

Extraído del diario de Lasly.

Recopilado en «Recuerdos de antaño»

Blyana

La cena se llevará a cabo en el comedor, eso había dicho Zwodder, pero lo que no le había mencionado a Blyana era que más que una cena, lo que se iba a llevar a cabo era un banquete. Un gran banquete en honor a la vuelta «a casa». Blyana no sabía si todos los que pululaban por la estancia habían llegado en la misma nave que ella, o si eran de las personas de las otras dos naves que los habían acompañado, porque a duras penas reconocía la guardia personal de Zwodder.

La verdad era que se sentía un poco estúpida al no haber sospechado nada cuando las doncellas le habían dicho que él le había enviado un vestido para la cena. Un vestido dorado, con mangas caídas y el corpiño adornado con lo que parecían piedras preciosas. Las doncellas le habían colocado una gorguera y guantes para ocultar la piel y ellas mismas se habían sorprendido de que el rex le hubiera enviado un vestido tan revelador, pero no cabía duda de que la hacía ver de la realeza, sin embargo, Blyana solo le había echado un vistazo a la tiara sobre su cabeza y a todo el conjunto y se había girado para reunirse con Domingo y Lasly.

La sensación de estar en el lugar equivocado aumentando en su fuerza.

El salón estaba precedido por una gran mesa en lo alto de una plataforma. En la parte baja varias otras estaban dispuestas de manera que dejaban un espacio que Blyana imaginó que se convertiría en una pista de baile.

—Eto' no me huele bien —le susurró Domingo quien llevaba a Blyana y Lasly del brazo. Blyana apretó su mano en torno a su bíceps cuando vio las miradas despectivas que varias de las damas de la corte le echaban a Lasly quien no se había molestado en ponerse guantes y mucho menos algo para cubrir su escote.

—¿Él no te avisó? —preguntó Lasly. Blyana negó con la cabeza y se dio cuenta de que el traje de Domingo era una versión de lo que usaban los guardias de Zwodder. No sabía si era un insulto, pero no permitiría que menospreciaran a su amigo.

—A las nueve en punto —dijo Domingo. Blyana miró con disimulo y ahí estaba Zwodder rodeado de varios hombres, cada uno con una capa con el emblema de las diferentes casas excepto de Obsidiana y Ágata.

Zwodder volvió la mirada para encontrarse con la de ella. Llamó a un guardia y le susurró algo. El guardia hizo una reverencia y comenzó a dirigirse a ellos.

—Esto no será una coronación o algo así, ¿verdad? —preguntó Lasly quitando una arruga inexistente de su vestido.

Las damas que pasaron por su lado la observaron y se rieron, ganándose una mirada iracunda por parte de Blyana provocando así que se pusieran blancas como papel y se alejaran a toda prisa.

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