Ese día cuando los vi discutiendo
recordé algo, pero para mi mente
hechizada solo pareció un déjà vu.
No lo fue.
Extraído de las notas de la diosa Sapiza.
Recopilado en «reinado de la destrucción» volumen I
Blyana
Zwodder cumplió su palabra. Desde el día del incidente en el pueblo no se le despegaba ni un segundo a Blyana. Desayunaban juntos, iba a sus entrenamientos, comían juntos, sus aposentos se habían vuelto contiguas a las de él, e incluso, la dejaba entrar en la sala del consejo, aunque estaba claro que estos no estaban felices con la situación.
Para ella era tan estresante y no solo eso, el poco tiempo que pudiera estar libre era ocupado por diez guardias que la seguían a todos lados mientras sus doncellas se turnaban para dormir en su habitación. Era peor que estar encerrada. Zwodder estaba incluso más obsesionado que cuando estaban en la Tierra y eso la estaba sacando de quicio.
—Esto es demasiado —murmuró Lasly acercándole un libro abierto. Después de su entrenamiento para controlar sus poderes se había encontrado con Lasly y se quedaron en la biblioteca porque los guardias solían quedarse en las puertas.
Era una cosa enorme y preciosa, con libros hasta donde alcanzaba la vista. Había varios eruditos transcribiendo manuscritos, otros, ordenando los enormes tomos que estaban en las estanterías, pero algunos no hacían su trabajo tranquilos, sino que las miraban como si fuera un sacrilegio que el rex hubiera permitido que dos mujeres entraran en la biblioteca y, peor aún, que tocaran los libros.
—Lo sé. Se lo he dicho, pero sigue sin escucharme —respondió y leyó lo que le estaba enseñando—. Había otra casa —agregó con una ceja arqueada.
—Eso parece —le dijo y le pasó otro libro aún más viejo que el que tenía en las manos—. Pero casi no hay información de ellos.
—Flourita —leyó y le pareció que lo había escuchado en algún otro lado.
—Sí, ¿recuerdas? Nos hablaron un poco sobre ellas en las clases de inserción —dijo y siguió ojeando otro libro—. Aquí está, mira.
Blyana leyó el próximo párrafo que hablaba de su intervención durante una de las batallas más importantes entre los zintes y los mikols.
—Ahora lo recuerdo —le dijo—. Zwodder me habló una vez de esto. Me dijo que ellos fueron quienes detuvieron la guerra entre los mikols y los zintes, y luego subieron al poder.
—Sí, para luego ser derrotadas por la alianza de la casa Amatista y Obsidiana, su derrota terminó con el gran incendio, como ellos lo llaman.
—Eso no lo dice aquí ¿Cómo lo sabes?
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Inserción [de mundos]
FantasyLa guerra por el dominio de la Tierra ha terminado. Ahora, Blyana debe aprender a vivir con todo lo que ha pasado, ya que su plan no ha llegado a su fin. Aún hay personas a quienes proteger, y no solo eso, un nuevo enemigo se planta en el horizonte...