12 días WinterBaron

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Estrellas

El día había sido pacifico, renovador después del trabajo sin parar del día anterior, el despertar fue de lo mejor, sintiendo el calor del otro y toparse con la cabaña toda decorada fue una total sorpresa que tomo muy desprevenido a Zemo, sus ojos viajaban de un lado a otro, primero observando con detenimiento el árbol de navidad, uno real del cual colgaban esferas, adornos de figuras y luces parpadeantes, después posando la vista en la repisa de la chimenea un trío de botas, sin nombre pero se comprendía que pertenecía a cada uno de la cabaña.

Al levantarse también aparecieron más luces navideñas y figuras como renos, muñecos de nieve y el tan conocido Santa Claus sonriente. Con renovada energía e inspirado por la decoración realizo el desayuno más delicioso, comiendo entre platicas, más bien lanzando preguntas a Bucky sobre la decoración y escuchando atentamente lo que había hecho, en conclusión, aprovecho la noche siendo acompañado por ratos del pequeñín.

El cual también estaba desayunando con ellos, y cayendo en la cuenta de que debían ponerle un nombre, no podían seguir diciéndole "gatito" o "pequeño" así que la mayor parte de la mañana y tarde en el almuerzo fueron comentarios acerca del nombre.

El día estaba cayendo, Bucky quería ver el cielo, el cambio de colores cuando el sol se está ocultando y le cede el paso a la luna, así que tomando una manta salieron de la calidez de las cuatro paredes al porche, sentándose unidos en el primer escalón, Bucky tiro encima de ellos la cobija, procurando tapar a Zemo del frío, acurrucándose y observando el cielo.

No lo vio, pero sintió una ligera fuerza que tiraba de un lado de la cobija, ambos giraron la vista al sitio y observaron la pequeño escalando para llegar hasta ellos, dejándose tirar en medio de los dos, aun con el frío se hizo bolita, la acción provoco una inmensa ternura en Zemo, pero en Bucky se activó la protección hacia el animalito, abriendo un espacio de la cobija tapándolo, haciendo que el gatito se acomodara mejor sobre él.

-Alguien va a volverse sobreprotector. – lanza sarcásticamente Zemo, sonriendo mientras observa al pelinegro.

--¿Quién?, ¿yo? – pregunta confundido.

--Si.

--mmm... - guarda silencio por unos segundos. - ¿Cómo fue que salió?

--La puerta quedo entreabierta.

--Pequeño, regresa adentro, hace mucho frío para ti. – dice de forma cariñosa acariciándole la cabeza. – A la cabaña, vamos.

Intenta despertarlo, moviéndole y tocándole la pancita, las esponjitas de las patitas y orejitas sin éxito, solo provocando el inicio del ronroneo.

El castaño suelta una leve risa, haciendo que Bucky soltara un bufido, creando la situación divertida para Zemo.

--No lo vas a lograr, por alguna razón te quiere a ti. – señala con obviedad Zemo.

--No es justo, debería ser contigo.

-- ¿Por qué?

--Porque tú lo encontraste, yo no. – responde enfurruñado el pelinegro.

--Sí, pero te prefiere a ti.

Después de unos minutos burlándose de la situación de su pareja, Zemo lanza la pregunta:

-- ¿Lo vas a adoptar? – demuestra mucho interés al decirlo.

--Eso creo, es pequeño y no me atrevo a dejarlo en cualquier lugar. – se queda en silencio por unos minutos, para después decir con seguridad. – Me lo quedaré.

--Serás su papá. – dice un sonriente castaño.

--Seremos, Helmut, seremos. – especifica Bucky con una sonrisa socarrona.

Zemo ríe, pero sabe que es verdad, después de ayer el pequeño ya era de los dos, no había pasado ni un día completo y ya lo trataban como de la realeza, además de que se había encariñado y entre sus planes no estaba abandonarlo.

Con la sonrisa plasmada en sus labios deja de mirarlos y gira su cabeza para ver el paisaje, el sol ya había desaparecido en su totalidad, la luna abarcando su espacio en el cielo, y el gran tapiz de estrellas que no se le veía el final.

A los dos les tomo desprevenido ver pasar una estrella fugaz, con sorpresa marcando sus rostros voltearon a verse para confirmar que no había sido una ilusión y ver la reacción del otro fue lo suficiente para creerlo, Zemo cerro sus parpados y pidió su deseo.

Bucky también los cierra, deseando que ellos dos siguieran juntos, en los momentos malos y buenos que han pasado como en los que vienen, y que el pequeñín se convirtiera también en otro integrante de su pequeña familia.

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