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Está nevando  


Diciembre, la mejor época para todas las personas, lleno de alegría, fiestas, música y mucha comida, aunque no para todos es así, algunos deben pasar fechas importantes lejos de casa y otros en soledad, lo bueno de esta ocasión, esta querida pareja no pasara otra navidad en soledad.

Bucky estaciona el auto cerca de la entrada principal, apaga el motor y quita los seguros de las puertas, aunque el viaje haya sido tranquilo, siempre es bueno tener precaución.

Voltea a ver a su copiloto, quien está dormido en una posición un poco incomoda, observa la tranquila respiración que hace subir y bajar su pecho, sus ojos viajan al rostro sereno, piel blanca que resalta con los mechones revueltos de color castaño, sus labios en un movimiento involuntario hacen una sonrisa, solo al ver a Zemo a su lado.

Con cuidado se acerca, una de sus manos viaja a la frente y acomoda el cabello, baja por su nariz hasta acariciar una mejilla.

--Despierta, hemos llegado. – dice Bucky tratando de hacerlo despertar, junto con las caricias en el rostro.

Lo que provoca gestos en Zemo, quien arruga su nariz y poco a poco vuelve a la lucidez parpadeando para acostumbrarse a la luz. Se incorpora con lentitud en su asiento, frunce el ceño en señal de estar desubicado viendo a su alrededor, para finalizar girando y ver a Bucky.

-- ¿Ya llegamos? - pregunta con la voz ronca por estar dormido, haciendo un ligero estremecimiento en el ojiazul.

--Ya, hemos llegado. – confirma.

--Bien, bajemos.

Ambos bajan casi al mismo tiempo, sintiendo la corriente de aire frío, lo que provoca en los dos un estremecimiento. Zemo camina con rapidez a la puerta de la cabaña, siendo escoltado por Bucky, rápidamente abre y pasan a cobijarse del frío, aunque notan casi la misma temperatura fría dentro, así que se separan para buscar un regulador de la temperatura para dar calidez al lugar.

Aunque es una acción algo tonta por parte de Bucky, ya que el sitio pertenece al castaño, quien conoce mejor que nadie el lugar.

Al dar con el aparato, comienza a moverlo hasta dar con una temperatura que sea agradable, ni frío ni calor.

Mientras Bucky regresa al auto a buscar los equipajes y compras, haciendo varios viajes, Zemo se queda a abrir las cortinas para filtrar la luz, conecta algunos aparatos eléctricos que van a ocupar en su estadía. A los pocos minutos lo acompaña en las tareas el ojiazul, sacudiendo los lugares que podrían tener polvo, cambia las sabanas de la cama en la que estarán, para finalizar, ambos guardan los comestibles que compraron en el camino, varias bolsas con variedad, desde comida hasta artículos de limpieza e higiene personal, todo para no tener que salir de la cabaña, solo en una situación de emergencia.

Para cuando terminan observan por las ventanas que ya es de noche, Bucky lleva sus ojos al reloj en su muñeca el cual marcan las 07:58 p.m., sale al exterior para cerciorarse que las ventanas del auto estén arriba, además de escuchar el sonido de la alarma al activarla.

Al regresar también se cerciora de cerrar muy bien la puerta, al igual que las cortinas de cada ventana, se adentra a la cocina, encontrándose a Zemo.

--Voy a poner la mesa. – anuncia Bucky.

--Algo sencillo, solo voy a calentar el resto de la pizza.

Rápidamente busca platos y vasos de plástico, además de poner servilletas y la soda, a los pocos minutos se acerca el castaño acomodando el plato que traía en sus manos en la mesa, dejando a su paso el característico aroma de pizza.

Al terminar hasta la última rebana de pizza, Zemo hace el intento de juntar los trastos y levantarse, a lo que Bucky lo detiene:

--Déjalo, yo limpio, tu puedes ir a tomar un baño.

--Gracias cariño. – agradece con una grata sonrisa y dándole un pico en sus labios.

Observa como desaparece por la puerta, toma los trastos apilándolos, la basura la tira en su lugar y lo sucio lo lava y deja secar. Cuando termina apaga todas las luces en camino a la habitación, deteniéndose en el pasillo cuando la puerta del baño es abierta y sale un recién aseado Zemo, se sonríen, entran a la habitación, Bucky se dirige a su maleta a buscar ropa y sale para también ducharse.

A los pocos minutos regresa, viendo a Zemo acostado y tapado hasta casi las narices, sonríe con ternura, con cuidado se acuesta, no sin antes dejar la habitación a oscuras, siendo iluminada con la tenue luz de la luna que se filtra por las ventanas, acerca su cuerpo al del castaño y lo envuelve en sus brazos, quien entres sueños se acomoda mejor, soltando un suspiro agradable, rápidamente se sumergen en el sueño por el cansancio.



Zemo despierta entre los brazos de Bucky, quien a un sigue dormido, observa el reloj en la mesita de noche, en números rojos se puede leer las 08:29 a.m., no intenta preocuparse por la hora, están en vacaciones y no se permitirá seguir un horario, así que no importa en qué momento se despertará y levantará.

Bucky se remueve, poco a poco despierta y abre sus ojos, para ver a su castaño encima de él, quien mira por la ventana, adora esa imagen, levanta una de sus manos y acaricia sus cabellos castaños, logrando una sonrisa de satisfacción, los ojos de Zemo dejan lo que está mirando y se centran en los azules de él, trasmitiendo alegría.

--Buenos días. – saluda Zemo.

--Buenos días. – responde con la voz rasposa. -- ¿Dormiste bien?

--Claro que sí, y más si fue contigo.

Ambos sonríen, Zemo se acerca al rostro del ojiazul y le planta un suave beso, se aleja y regresa a su posición dando otro beso en el pecho.

--Llegamos a tiempo. – dice el castaño.

-- ¿Aquí? – pregunta dudoso.

--Sí, aquí. - afirma.

-- ¿Por qué?

--Observa la ventana. – con un leve movimiento señala el lugar.

Bucky con interés gira su cabeza y sus ojos quedan atrapados viendo a través de esta, copos de nieve de diferentes tamaños, además de una fina capa blanca sobre los árboles, con lo poco que ha visto se maravilla, se imagina recorrer alrededor para ver todo con otros ojos a causa de la nieve, digno de una imagen de estampilla.

--Está nevando. – susurra, aun así, es entendible para Zemo, quien sonríe al ver la cara de Bucky.


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12 días WinterBaronDonde viven las historias. Descúbrelo ahora