12 días WinterBaron

8

Tus manos están frías

--Vamos, no te quedes atrás. – dice un alegre Zemo.

Hacía rato que habían llegado al lago congelado que estaba cerca de la cabaña, todo por comentarios de Bucky sobre lo increíble que le parece los lagos congelados y estos son utilizados para patinar, haciendo que un castaño se sobresaltara junto a él, mirándolo con los ojos abiertos de par en par y con una idea adornando las facciones.

Le comento que había un lago cerca de la cabaña, y que tal vez para ese momento ya estuviera bien congelado, podría ir a verlo y si era así, patinar para divertirse, cosa que no le pareció nada bueno a Bucky, poniendo pretexto tras pretexto, siendo derribadas por las ingeniosas palabras de Zemo.

Sin nada que decir, el pelinegro acepto, un contento Zemo se puso de pie y camino deprisa al pasillo, abrió la puertecilla del ático, sorprendiendo a Bucky, nunca lo había notado, ambos subieron y buscaron en las cajas pares de patines, con mucha pereza Bucky los busco, siendo apurado a cada rato por Zemo, hasta que el leve grito de júbilo del castaño hizo estremecer al pelinegro, viéndose tirado en el hielo, con alguna extremidad fracturada o en el peor de los casos, muerto.

Con un leve golpecito en el hombro regreso en sí, bajaron del ático, se abrigaron lo mejor que pudieron y salieron, no sin antes dejarle a Alpine un poco de comida.

Zemo a cada rato en el trayecto le decía al pelinegro lo emocionado que estaba por patinar, y que esperaba no haber perdido la práctica, después de años de no patinar.

Y ahí estaban, el castaño fue el primero en cambiarse los zapatos y brincar al hielo.

--Zemo, creo que no es buena idea, no sabemos si los patines están en buena forma. – comenta sentándose en un tronco.

--Lo están, cuando los encontré los revise muy bien, y los siento muy firmes. – afirma con mucha seguridad.

--Está bien. – suspira.

Con lentitud se quita los zapatos y se coloca los patines, al terminar la labor, alza la mirada para encontrar a Zemo patinando, lo hace con gracia, cada movimiento con elegancia, le gusta, nunca lo había visto de esa manera, concentrado, pero a la vez disfrutando de lo que hace.

En un giro que hace, para, lo busca con la mirada hasta conectarse con el pelinegro, sonríe mostrando ligeras arrugas en las comisuras, patina con lentitud hasta quedar a un par de pasos, estira su mano invitándolo a que se una, Bucky observa la mano que esta frente a él, lo piensa por unos segundos, extiende su mano sujetándose fuertemente de Zemo, con cuidado se levanta y camina hasta su lado, tomados de la mano comienzan a caminar en el hielo, el castaño enseñándole como debe poner sus pies.

Al principio es difícil, pero con paciencia y práctica, logra caminar sin problema en el hielo, ambos ríen, Bucky aun con miedo, pero ahora con un poco de confianza se suelta de Zemo y pisa con firmeza, recorre un poco distancia y se arma de valor para deslizarse como le mostró Zemo.

Desplaza sus pies, logra avanzar un tramo, pero comienza a sentirse perdido, ya que le llegan a su mente muchas situaciones, así que pierde el control de sus pies y cae, cae de frente y se desliza hasta llegar cerca de un extremo.

Zemo llega al lado de él con una risa cantarina.

--Te dije que no era buena idea. – expresa Bucky sentándose en el hielo.

--No pasó nada malo, solo resbalaste.

--A mí no pareció así. – dice Bucky intentando ponerse de pie, pero falla, una de sus piernas pierde el equilibro y vuelve a caer, ahora sobre su trasero.

Zemo hace una mueca de dolor, al ver el gesto que hace Bucky.

--Déjame ayudarte. – pide el castaño con amabilidad estirando sus manos.

--No, porque te puedo tirar, déjame hacerlo.

Se queda por unos segundos sentado, no quiere volver a intentar ponerse de pie, porque teme volver a caer, así que se le ocurre una idea.

Se voltea hasta acomodarse sobre sus rodillas, las palmas de sus manos en el hielo, en esa posición comienza a gatear con cuidado, poco a poco siente el frío entrar por sus rodillas y las manos, pero se anima al ver cerca la orilla.

Cuando llega, sale del lago, y rápidamente se quita los patines para reemplazarlos por su calzado, Zemo sonríe, le hizo gracia el modo de salir de Bucky, patina hacia la orilla, sale del lago para sentarse al lado del pelinegro, el también cambia sus zapatos.

El castaño toma entre sus manos las de Bucky, se preocupa al sentirlas frías.

--Vámonos, tienes las manos muy frías, debes de tener mucho frío. – exclama con preocupación.

Se pone de inmediato de pie, toma en una mano los pares de patines, y en la otra sostiene una mano de Bucky, lo jala y comienzan el regreso a la cabaña.

Cuando regresan, Zemo lo manda a cambiarse, prende la chimenea y se pierde en la cocina, después de unos minutos, Bucky regresa con otra ropa, se acerca a la chimenea hasta sentarse en la cama para sentir el calor de las llamas, en poco tiempo tiene a su lado a Zemo, quien le extiende una taza de chocolate caliente, se siente de maravilla sentir el calor en sus manos.

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