7

32 7 0
                                    

Hogar


Esa noche Zemo estaba muy distraído, Bucky se había dado cuenta enseguida desde el día de ayer, cuando paso un buen tiempo afuera cortando la leña en pequeños pedazos, antes de salir, el castaño estaba alegre, feliz por la noche anterior y después de unas horas, cuando entro a la calidez de la cabaña su aura era otro, estaba callado, notaba que no paraba de pensar, incluso, mientras estaban cenando, la mañana siguiente y el resto del día, Zemo estaba en otro mundo, contestando solo con monosílabas.

Comenzaron a cenar en un silencio, algo desconcertante para Bucky, necesitaba saber que había pasado en el poco rato que estuvo fuera.

--¿Qué es lo malo? – pregunta con suavidad el pelinegro.

Zemo detiene el trabajo de cortar un pedazo de carne, por unos segundos lucha por decir todo o lanzar una mentira, hasta que de sus labios sale:

--Nada, todo está bien.

No sabe de dónde salió, pero se siente un poco mal de mentir, no era lo que quería, pero lo ha dicho.

Escucha un suspiro de Bucky, sabe que no se va a conformar con algo tan simple y tan falso.

--Helmut, es claro que paso algo, estas algo retraído y me preocupa. – expresa Bucky tomando una de sus manos y apretándola con suavidad.

Gesto que siente de verdad Zemo, levanta la vista y observa los hermosos ojos azules del hombre que ama, internamente está dudando si contar lo que paso, algo tonto, pero no quiere que Bucky lo vea mal.

Los segundos pasan, y puede leer en los ojos del otro la preocupación que crece y crece, así que decide hablar:

--Si, pasa algo. – admite en voz baja Zemo.

Le cuenta desde el principio, cuando decidió buscar más adornos y para ello fue al ático, Bucky se sorprende, no sabía que había uno, el castaño le explica que fue diseñado como una habitación secreta, por si alguno de la familia estaba ahí y estuviera en peligro, podía ocultarse y no sabrían de su ubicación.

Regresa a la principal, que encuentra una caja, con fotos y cartas de su padre, no se los enseña, aun no, en algún momento se los dará, por ahora solo explica verbalmente el contenido de estas, las emociones de Bucky se reflejan en su rostro, las contracciones de los músculos, los movimientos de ojos, así como de los labios, son cosas que no pueden pasar desapercibido.

Hablan del contenido, sobre todo de las últimas cartas, y de lo que pasa en la mente de Zemo, la tormenta que tiene por los sentimientos y recuerdos, así como la pequeña espinita que trata sobre ir lo más pronto posible a ver su padre, que puede crecer a medida que más y más lo piensa.

Bucky lo detiene, explicando sus ideas, la carta ya tiene un año que la escribió, puede que en esos días de redactarla el señor estuviera pasando por momentos de soledad, y que días después se podía haber arrepentido, aunque le otorgo el beneficio de la duda, además de que también apoyaba el hecho de que Zemo fuera a ver a su padre, en algún momento futuro cercano, poder arreglar las diferencias y que poco a poco iniciaran una buena relación padre – hijo.

--Tienes todo mi apoyo en lo que decidas hacer. – afirma con cariño Bucky tomando las manos de Zemo. – Lo que quieras hacer te ayudare.

--¿Seguro? – cuestiona un poco dudoso.

--Totalmente en serio, somos pareja, tú me apoyas y yo a ti.

--Gracias James.

--No debes de agradecerme, por ti hago lo que sea. Bueno, menos dejarte.

Zemo ríe por el ultimo comentario, logrando que el castaño cambiara su semblante, aunque siguiera pensativo ya no estaba tan callado.


Sentía la respiración suave de Bucky en su espalda, de los tres, él era el único que seguía despierto, no podía dormir, los pensamientos no se alejaban, cuando lograba calmar su mente, lo asaltaba una idea tonta y le seguían otras y otras más, intentaba distraerse viendo las flamas consumir la madera, prestando su atención a las chispas que salían de vez en cuando, pero no, todo era inútil.

--Ese cerebro que tienes es algo peligroso.

Se sobresalta un poco al escuchar la voz de Bucky.

--¿No estabas dormido?

--No, no puedo dormir, es como si tus pensamientos llegaran a mi cabeza.

--¿Tanto así?

--Si, lo estás pensando mucho, y tienes todo el derecho, pero te puede hacer una mala jugada, como ahora, que no puedes dormir.

Zemo acepta lo dicho por el pelinegro, sabe que a la larga es dañino.

--No puedo lograr callar mi mente. – admite con pesar.

--No te preocupes, para eso estoy yo. – sonríe con autosuficiencia Bucky.

--Es un poco egocéntrico de tu parte.

--No importa. – aclara su garganta por unos segundos y comienza a hablar. – Pasaremos la mejor navidad aquí, nosotros tres, después nos iremos y lo primero que haremos será comprar de todo para la comodidad de Alpine, necesita muchas cosas.

"además, la habitación que tenemos demás será para ella, una bonita cama, su arenero y ropa, mucha ropa, esa casa dejará de ser casa y se convertirá en un hogar, no, ¿sabes qué? El lugar no importa, nos podemos mudar, porque el hogar es donde estemos nosotros, no es la casa, si nos quedáramos en la cabaña, se convertiría en nuestro hogar".

Zemo se pierde de lo demás, y la imagen que crea su cerebro con lo dicho por Bucky es perfecta, los tres en una hermosa postal, presumiendo del hogar que han creado, y con ello en mente el sueño llega a él.


_______________________

12 días WinterBaronDonde viven las historias. Descúbrelo ahora