💜 Donatello Hamato 💜

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Y allí estaba otra vez ella

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Y allí estaba otra vez ella.

Superandolo en todo, ganando, siendo que el artefacto de él era mil veces mejor que ese robot pretencioso que solo sabía desarmarse al ser una figura hecha por imánes.

Ella ante su rostro frustrado sonríe y le saca la lengua, dejando en claro que ella era la ganadora de ese tonto concurso de robótica que él merecía ganar.

–Hey está bien, Dee. Todos sabemos que tus inventos son millones de veces mejor que eso. No tienes porque preocuparte. Además, apuesto a que ella jamás podrá hacer lo que tú haces. – Esas eran las palabras de April para apoyarlo.

Pero ni eso lo animaría.

Estaba claro que esa chica era su enemiga y por ello, debía vencerla.

Donatello era un chico inteligente. Algo sarcástico, con un poco de ego y muy, pero muy intolerante a ser el número dos en ciertas cosas. Bueno, en muchas cosas.

Sabía admitir un error y una derrota frente a sus hermanos, más o menos. Lo que no sabía, era hacerlo frente a pretenciosas humanas. Ya había acabado con los dragones púrpura y cuando creía que sería el vencedor, derrepente llegaba ella, T/N, con su maldito robot creado por imánes que va y derrota al suyo como si fuera solo una pequeña chatarra. Donatello, por supuesto, no podía dejar pasar aquello.

Pero no pasó solo una vez, ni dos, ni tres.

En cada concurso sobre inteligencia se la encontraba a ella. En carreras de drones también y en el de baile ni hablar.

Donatello ya no lo soportaba. Esa chica era insoportable y no podía más con el sabor de la derrota, más si era ella quién le ganaba.

Un "odio" había crecido en su interior al verla con ese maldito cabello de ensueño, y esa para nada bonita sonrisa que lo cautivaba. Por supuesto que no, Donatello aborrecía a aquella chica y la derrotaria a como de lugar.

–Es una guerra, chico morado. – Había dicho ella una vez. Él la aceptó y por eso, no iba a echarse para atrás.

–Es una guerra. – Responde él, observando como ella solo se iba, sonriendo con esa maldita sonrisa tan hermosa y radiante, mientras dejaba a todos con la boca abierta por ser tan genial. Tan genial que él la vencería.

Donatello sabía que a veces se dejaba llevar por sus emociones, más cuando se trataba de ciencia. Así que esta vez dejo que eso fluyera, no por nada era el genio de esa familia.

Y para cuando llegó el tan esperado campeonato de robótica, ella no apareció.

Eso lo distrajo de la meta y terminó ganando una de los integrantes de los dragones púrpura, pero le daba igual, porque sabía que era mejor que ellos, solo quería ganarle ahora a T/N, quién lastimosamente, no estaba allí.

Las cosas no cambiaron, ya para cuando quiso darse cuenta de que algo malo ocurría, ella volvía a aparecer, esta vez, con un polerón encima suyo, ocultando su sonrisa bajo un cubre boca negro y unos lentes de sol de mal gusto que no dejaban ver sus bonitos ojos que brillaban cuando ganaban.

Pequeñas Historias De Amor Con Las TortugasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora