💜 Don 💜

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Y ahí estaban otra vez

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Y ahí estaban otra vez.

Con esas miradas indiscretas y el silencio incómodo que los acompañaban en el camino de no ceder ante el otro.

Saben de sobra que las relaciones eran complicadas. Que mantener un lazo lo era, por ende, sabían que había mucho que hacer si querían que lo de ellos funcionara.

Donatello era ciencia, era saber. Los sentimientos le incomodaba y usualmente no sabía descifrar los suyos.

Ella por otro lado, era cariñosa, orgullosa y necesitaba constantemente el cariño de los suyos.

Eran un caos. Pero a pesar de ser un caos, se amaban.

T/N observa a Donatello. Quería ir a sus brazos y pedirle disculpas.

¿Era su culpa?

No lo sabía. No comprendía bien que hizo, sin embargo, su silencio dolía y mucho.

Suspira, sus amigos la abrazan y consuelan diciéndole que así era él y se le pasaría. Pero con cada día, sentía que se hacía más y más lejano. Lo que la llevaba a pensar que tal vez solo debía darle tiempo, o mejor dicho, darse un tiempo.

Donatello no estaba bien.

Para nada bien.

Y se encierra en su laboratorio todo con tal de no verla. No creía que deba disculparse por algo que no ha hecho, pero tampoco cree que debe seguir haciéndole la ley del hielo. Es contradictorio, si.

Sus hermanos ya le advirtieron que era perjudicial no hablarle y solucionar las cosas, y aún así, Donatello solo se esconde en su laboratorio pensando en lo que debería hacer.

Siempre ha sabido que es malo para hablar de sus sentimientos, tal vez porque jamás a podido exteriorizarlos o porque no lograba comprender del todo lo que sentía. De cualquier forma, sabe, dentro de su inteligente cerebro, que hacerle eso a su novia estaba mal.

Y lo sabe cuando ella llega, dolida, a sentarse frente a él.

—Se que no me hablarás, y tampoco entiendo que hice mal... Pero... S-si no me lo dices ¿Cómo esperas que me disculpe? —

Pero Donatello no quiere ceder.

—Yo creo... Antes de que realmente las cosas vayan a peor, que es mejor darnos un tiempo... Ya sabes, para pensar bien las cosas... Si así te sientes mejor, podemos darnos un tiempo... En realidad creo que debemos darnos un tiempo. —

Fueron esas las palabras que siempre temió oír.

Las distintas páginas de internet le advirtieron que cuando algo así sucedía, es porque la relación terminaría. Siempre sucedía. O al menos, en el mayor de los casos.

No quería ser otro número.

Y el miedo, por primera vez, lo invadió. El miedo a que esa relación terminara lo obligó a levantarse de su silla y a tratar de llegar a T/N, pero ella ya no estaba allí.

Pequeñas Historias De Amor Con Las TortugasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora