🧡 Genio de la lámpara 🧡

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Miguel Ángel observa con curiosidad a la chica que se encontraba frente a él

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Miguel Ángel observa con curiosidad a la chica que se encontraba frente a él. Ella sonreía ajena a muchas cosas, pero su emoción ante las burbujas hace que él intente disipar aquellos pensamientos que lo atormentaban.

Tal vez porque sabe que no queda nada para que ella se fuera de su lado.

No había manera de explicar lo que estaba viviendo, mucho menos le importaba. De por si, su vida ya tiene bastante surrealismo y fantasía como para preguntarse qué estaba pasando allí.

Después de todo, había encontrado aquella vieja y sucia tetera olvidada en una calle en la Ciudad Oculta. Creyó al verla bien que podría ser un buen regalo para su padre luego de perder aquella tetera que resultó ser el casco de la armadura de Destructor.

Sin embargo, no esperó que, como de un cuento de hadas se tratase, saliera un alguien de la tetera.

Una chica, de bonita piel y unas marcas bajo sus ojos maquillados. Orejas en punta, como las de un elfo y un bonito cabello que se movía con gracia cada vez que ella saltaba de alegría.

—Ahora tu eres mi amo, te consederé tres deseos, lo que tú más quieras y yo te lo daré con solo un chasquido. – Esas fueron sus palabras mientras ella se arrodillaba ante él frente a la mirada de sus cuatro hermanos mayores. -Las tortugas y April-

Había pedido ya dos deseos, descubriendo en ese transcurso de tres meses, porque fue complicado decidir, que la chica era mucho más que solo un genio de la lámpara.

Ella estaba llena de vida, amaba el cielo cuando se ponía el sol, y se alegraba al ver simples burbujas cuando caminaban por la calle.

Jamás había comido pizza, ni pastel, ni nada parecido a lo que ellos comían a diario.

Jamás había visto la televisión y definitivamente no conocía a Lou Jitsu.

Esa chica era increíble y siempre estaba llena de curiosidad.

Y Miguel Ángel se dió cuenta de que esa chica era de la cuál se enamoró.

Fue inevitable, ella llamaba tanto la atención que sus ojos no podían dejar de mirarla. Hiciera lo que hiciera, la buscaba.

Buscaba siempre oír su risa, contandole bromas, buscando la manera de hacerla reír. Buscaba su voz cuando la oía cantar las canciones que él le mostró. Buscaba su voz cuando ella solo hablaba, incluso con sus hermanos, él la miraba a ella, solo a ella.

Y sabía que el final estaba bastante cerca.

Porque todo debía acabar algún día.

—¿Cuando yo pida mi último deseo, entonces te irás? – Le preguntó en la noche mientras miraban la ciudad, compartiendo los audífonos para oír la nueva canción que se le agregó a al lista de T/N. Realmente amaba oír canciones y siempre eran tan variadas.

Pequeñas Historias De Amor Con Las TortugasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora