213 | HyunLix

IX

Felix

Miré a Hyunjin por un momento, había cambiado, su pelo ahora era negro, un poco más corto, ojos eran verdosos y resaltaban en todo su rostro.

Me lanzo sobre este y lo abrazo fuerte. La toalla que llevaba en la cintura cayó y no me importó en lo absoluto.

Mi corazón y mi mente iban en un vaivén de emociones, que se intensificaron al recibir el toque de sus manos su en mi espalda.

—Ya estoy aquí pequeño Lix.

Lo abracé por unos segundos más y nos separamos. Hyunjin se encargo de colocar la toalla nuevamente en mi cintura, solté una risita a ver lo cuidadoso que era.

—¿Por que estas despierto a esta hora?

—La fiesta de Bang Chan.

—Es cierto, quería ir, pero no era lo correcto.

—Me hubiese encantado que estuvieras allí, solo fui por no quedar mal con Chan.

—Lo sé —Hyunjin soltó un suspiro. —Mis padres estaba en la ciudad, tuve que esconderme antes de que me vieran.

—Por eso la prensa estaba presente.

—¿Estuvieron aquí?

—Mmh pues no lo sé con exactitud, solo vi que a la directora le bombardeaban preguntas que no logré escuchar, quizá en algún programa de noticias lo esté.

Hyunjin meditó sobre lo escuchado por unos segundos.

—Bien, pero ya no importa. Investigué y ya se fueron de regreso a Corea del Sur.

—Fue horrible no tenerte aquí —dije y me acerqué a este obteniendo contacto visual.

—No sabes que es peor para mi y sin poder dejarte una explicación.

Hyunjin miró hacia otra parte rompiendo la conexión de sus miradas.

—Felix, yo creo que no deberíamos dejar avanzar esto.

Escuchar esto fue el detonante que hizo derrumbar lo que se había construido.

No sentía mucha fuerza en mis piernas, fui hasta mi cama y tomé asiento en ella mirando hacia el suelo, fue increíble la manera tan repentina con la que rompió el momento.

Mantenía mi boca abierta pero las palabras se quedaron atoradas por el gran nudo que era mi garganta.

Me sentía tan estúpido e ingenuo, siempre ha sido así, nunca he tenido tanta suerte para que las cosas referentes al amor salgan bien, debía rendirme.

—Mi vida es muy complicada, no quiero que mis problemas te afecten. Eres tan bonito y tan bueno y no me perdonaría si te llegara a pasar algo por mi culpa.

Levante mi cabeza aceptando que la soga fue cortada y había caído en lo profundo.

Me puse de pie, busqué algo de ropa en los cajones y me vestí sin importar la presencia de Hyunjin.

Salí de aquella habitación cerrando la puerta con fuerza haciendo que resonara por todo el corredor. Me apoyé de la pared y allí salieron algunas lágrimas de impotencia. Me había hecho expectativas sobre su regreso y lo que acaba de suceder fue lo menos que pensé.

Seguí caminando hasta salir del edificio, si mis lágrimas fueran magnificadas, quizá habría dejado rastro en todo el camino.

Tomé asiento en una banca ubicada en los jardines del campus. Mientras calmaba mi llanto silencioso, concluí en que no entendía a Hyunjin y que no lo iba a entender nunca por más que me esforzara y estaba enojado, no con el al cien por ciento, más con mi mente que se deja llevar tan rápido.