XV

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Los hombres continuaban buscando y levantando algunos escombros con fuerza propia y con ayuda de algunas máquinas.

Sorpresivamente, algo debajo de los escombros hizo reventar una parte de la montaña de concreto haciendo caer algunos hombres que se encontraban, estos se cubrían la cara por el polvo que había levantado y la molestia que les causaba en los ojos.

Cuando el polvo desapareció, todos prestaron atención al cuerpo que había aparecido encima de los escombros, aún sin haber mucha luz natural, este brillaba y los trabajadores volvieron a cubrir sus caras un poco más.

El semblante llevaba un cuerpo en sus brazos, se mantenía firme y quieto en su posición.

—¿Qué es eso?

Tres de ellos se acercaron y al darse cuenta, taparon su boca con sorpresa.

—¿Joven Felix? ¿cómo salió de ahí?

—¿Se encuentra bien?

El pelirrubio asintió.

Se acercaron y observaron el cuerpo que cargaba.

—¡Un paramédico aquí!

Rápidamente se aproximaron al lugar y retiraron el cuerpo Ni-Ki de los brazos de Felix.

—Aun tiene pulso, solo fue un desmayo —menciona el pelirrubio.

—Debemos revisar de igual manera que te encuentres bien.

—No me pasó nada, por favor atiéndanlo, yo iré mas adelante.

—Bien. Vamos —estos cargaron la camilla y se dirigieron a la ambulancia.

Felix caminó por los escombros hasta llegar a suelo bajo, buscó con su vista a todos, pero solo trabajadores se encontraban en el lugar.

Divisó una de las furgonetas y corrió hasta ella, al llegar a esta, tocó la ventana rápidamente.

—Oiga ¿a donde fueron todos? —preguntó una vez estuvo abajo la ventana.

—Al refugio que organizó el joven Hyunjin.

—¿Podría llevarme?

El conductor hizo una seña para que esté entrara.

—¿Dónde estabas cuando se fueron todos?

—¿Atrapado entre las paredes de ese edificio?

—¿Que? ¿cómo es que estás...?

—Tampoco lo sé, pero aquí estoy.

Condujo por varias calles, Felix aprovechó para descansar sus ojos, su cabeza dolía horrible y su cuerpo se sentía muy cansado.

Sintió como tocaban en su hombro varías veces, por lo que abrió sus ojos.

—Hemos llegado.

—Muchas gracias —Felix dejó una sonrisa antes de salir del vehículo.

El pelirrubio se acercó a la puerta del gran gimnasio donde había arribado, los hombres de la seguridad que custodiaban la puerta abrieron sus ojos al verle allí, estos simplemente le abrieron espacio para dejarle entrar.

En aquel gimnasio se encontraban al menos trescientas personas, algunos iban de un lado a otro brindándoles ayuda a los que estuvieron junto a Felix en esa pesadilla.

Felix miró sus manos y brazos sucias de polvo, las limpió un poco mientras caminaba entre las personas, se detuvo al encontrarse con Han, este último no se había percatado, anotaba algunas cosas en un sujetapapeles, dio una mirada fugaz al pelirrubio y cuando se dió cuenta, volteo su cabeza una vez más y soltó lo que tenía en sus manos cuando.

213 | HyunLix Donde viven las historias. Descúbrelo ahora