Yu

Navidad.

Navidad. La fecha más espectacular para algunos y más triste para otros. El infierno y el cielo. Tal vez ambas. ¿Y si buscamos más cielos en el infierno y más infiernos en el cielo? Tal vez así la navidad sería solo una fecha más. Todo lo bueno es malo y viceversa. ¿Cómo hallar una solución a lo que sentimos? Y sí, dejamos de hablar de la navidad. El cielo se oscurece y el día se hace noche. ¿Cómo encontrar paz en la eterna disputa de tristezas acumuladas? ¿Cómo encontrar infinitas ganas de vivir en días oscuros y opacos?
Si encuentro una razón para vivir no serás tú, tal vez ni siquiera sea yo. ¿Cómo encontrarme en medio de la mierda que acumula mi cerebro y la que borra? ¿Soy lo que soy por lo que recuerdo o por lo que olvidé?
—El infierno, ¿no les gusta esa temática? –Miranda me observa como si fuera la mierda en medio de su precioso jardín de rosas.
—Yureli, tú no puedes opinar. –como siempre, me callo. Tomo mis audífonos y escucho. Escucho el piano danzando en mi mente.
Me pierdo.
Ya no me hallo. Estoy en el cielo infinito, las estrellas son bolas de gas quemando mis extremidades. La gravedad me lleva directamente al vacío. El vacío en el espacio. El vacío en mi mente. El vacío en mi alma. ¿Hallaré un alma como la mía? Danzante en la oscuridad. Danzante en la amargura. Danzante en el abismo.
El cielo le abre paso a mi mente de florecer. Por fin puedo pensar en paz. "The creator" de Nurali Beisekozha queda perfecto con la soledad que siento desde aquí. El big bang queda cerca de mi visión y la creación del universo de abre paso ante mis ojos.
Huye.