Perdí a mi familia. Terminé el año con un cierre definitivo a mi relación contraproducente con mi familia. Mi tía Toña y yo ya no nos llevamos tan bien. Izayadeth dijo cosas hirientes hace un tiempo y ahora no conversamos. Cambié mi teléfono porque el antiguo fue robado. Nadie tiene el nuevo número. No tengo comunicación con mis tíos o tías, primos o primas.
¿Me siento mal por ello? No. En ese momento me sentí liberada. Ahora es menos doloroso de lo que lo hubiera imaginado.
El año pasado fue increíble en crecimiento personal. Dejé de lado mi "puedo ayudar a todos" y me enfoqué en mí y mis límites.
Compré más libros, muchos más.
Caí, me levanté, caí, me levantaron, me tiraron, me levanté. Y ahora estoy aquí.
Tengo 20 años, estudio mi 4° y 6° semestre en lenguas. Descubrí que amo lo que hago y quiero explotarlo. Tengo clases todos los días de 7 a.m. a 5 p.m., los sábados tomo cursos en el colegio de abogados. Me uní a una banda de indie, soy guitarrista y compositora.
Me siento más segura, y más miedosa. Pero estoy aquí. Un día más, un año más. Estoy aquí, y no quiero irme.
Me muero de miedo, pero ya no dejo que ese miedo me mate.
He vuelto a escribir, y a estudiar, ha vuelto a mi yo real. La "yo" que perdí hace años.
Lamento que todas esas personas que pasaron por mi vida no puedan verla ahora, pero no tengo tantos arrepentimientos.
Hace tiempo no escribía por miedo. Ya no tengo tanto miedo.
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Yu
RandomEl infierno de Dante dice que hay 9 divisiones para el mismo. ¿Y si hubiera 10? El décimo sería la mente. Más específicamente la mía. Infinitas posibilidades de muerte, de suicidio, de dolor. ¿Cuánto dolor puede acumular el cuerpo? Busquemos la resp...