Escucho y no quiero escuchar. Cada día. Esto no es nuevo. Simplemente escucho y no respondo. ¿Qué respondería? De alguna manera no tengo la fuerza para responder algo.
Si pudiese contar las veces que ha dicho cosas así.
Si pudiese no escuchar esto justo ahora.
Siempre me he preguntado porqué soy tan mala hija.
Para ella soy la peor. No ayudo en nada. No le doy paz. No le doy respuestas. Solo doy problemas.
¿Qué tengo que hacer? Ser perfecta no es una opción.
Ya he sido perfecta y no es suficiente.
Ya he sido lo peor y ella lo detestó.
Ya he tomado un punto medio y no ha servido mucho.
En las tres opciones me ha gritado de esta forma. Está bien amarla. Está bien no querer perderla, pero hasta a alguien como yo, con un corazón frío, esto le duele.
Ella no mide la cantidad de palabras. Tampoco mide la fuerza con las que las lanza a su discurso.
"Te sacaré de la escuela", "simplemente duermes todo el día", "no servirá de nada que estés allá", "le pones más atención al teléfono que a mí", "nunca me ayudas. Solo me causas problemas".Qué debo de hacer cuando dices que me obligarás a dejar mi carrera a la mitad. Qué debo de hacer cuando me amenazas. Usualmente te diría que no harás eso, trataría de convencerte. Pero esta vez no dije nada. Me quedé callada con la respiración entre cortada; el pecho, apretado; la cabeza, doliendo.
Estoy cansada de esto. Cuando me fui a vivir a otro lugar fue diferente, pero volver a casa contigo duele y es cansado. No soy suficientemente buena para ti, sin importar lo bien que haga las cosas.
Mamá, ¿qué debo hacer?
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Yu
RastgeleEl infierno de Dante dice que hay 9 divisiones para el mismo. ¿Y si hubiera 10? El décimo sería la mente. Más específicamente la mía. Infinitas posibilidades de muerte, de suicidio, de dolor. ¿Cuánto dolor puede acumular el cuerpo? Busquemos la resp...