1 de marzo de 2023

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Nadie nunca se había disculpado conmigo por quitarme la sonrisa de la cara. O tal vez nunca me importó.
Da igual cuanto intente a veces no puedo seguir, jaja. El retorno no es posible, solo queda avanzar, ¿no?
Correr es improbable, mis rodillas están lesionadas; caminar es doloroso, mis pies tienen cristales clavados. Todo me duele, desde el cuerpo hasta la mente.
Sonrío cuando realmente quiero hacerlo y hasta cuando no puedo hacerlo. Mi sonrisa es lo único que nadie nunca me ha podido quitar. Ni las discusiones, ni los "amigos", ni los amores a medias, ni la depresión.
Incluso cuando esté muriendo, prometo que voy a sonreír.
No te lo prometo a ti, se lo prometo a este cuerpo que ha aguantado más de lo que creo que debería haber tolerado.

YuDonde viven las historias. Descúbrelo ahora