Me gustan las preguntas.
Incluso las que no tienen respuesta.
Amo las que son respondidas y entran en mi mente como olas de océano siendo llamadas por la luna.
Como la luna me llamará en algún momento, responderé.
Dulce luna que me miras desde allá.
Con esos brillantes ojos tuyos no sé si lloraré.
Debería llorar. Eres demasiado para verte directo.
En la oscuridad me has iluminado y todos te idolatran por brillar en ella.
Pero supongo que nadie te ha idolatrado por iluminar su camino.
Si me equivoco, maltrátame.
Lo merezco por no darte la inmortalidad que mereces.
Luna que me has visto sufrir y hundirme.
Luna que me ha calmado entre el dolor.
Luna que me ha oído murmurar.
Luna que me ama por lo que soy, lo que fui y lo que seré.
Luna que vislumbras en la penumbra mi vacío y lo llenas de calor
Mírame con tus ojos miel y muéstrame lo que puedo ser.
Luna que me escuchas balbucear,
Lléname de bondad y amor.
Muéstrame que la vida es más que vivir un momento.
Que cada día nuevo empieza cuando llegas.
Que cada noche termina cuando te vas y ni siquiera cuando lo haces.
Luna. Inmortaliza mi perdón y escucha mi dolor.
Abrázame cuando no pueda respirar y dame oxígeno con tus dulces labios.
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Yu
RandomEl infierno de Dante dice que hay 9 divisiones para el mismo. ¿Y si hubiera 10? El décimo sería la mente. Más específicamente la mía. Infinitas posibilidades de muerte, de suicidio, de dolor. ¿Cuánto dolor puede acumular el cuerpo? Busquemos la resp...