Canción de oro y plata

Capítulo XIV: Oro y plata

Es hoy, ha llegado el día de mi boda con Laenor. No es un día particularmente emocionante para mí, pero una extraña energía se siente en el aire... Como si algo fuese a suceder. Después de todo, las bodas pueden salir muy bien o terriblemente mal. Todo parecía tranquilo y eso me angustiaba más, quizás ¿era la calma antes de la tempestad?

***

Lyana entró presurosa a la habitación, los últimos retoques del vestido estaban finalmente listos. Ella me ayudó a acomodarme todas las enaguas mientras chismeaba de las últimas ocurrencias en la Fortaleza Roja, no había nada muy interesante, solo historias de nobles en estado de ebriedad haciendo cosas inapropiadas con las criadas, parecía todo cómico y divertido hasta que ella mencionó la aparición de una nueva nodriza que ahora haría parte de la comitiva de la Reina.

-Justo esta mañana empezó a trabajar para la Reina, no sé de dónde salió, pero ambas parecen extrañamente unidas, es que si viera Princesa, había como una tensión rara en el aire, similar a aquella tensión que hay entre el señor Laenor y su caballero de los besos.

-Lyana, ¿me recuerdas el nombre de la nueva chica?

-Ah sí, me parece que su nombre era Dolores, lo recuerdo porque a pesar de que es muy hermosa, su semblante expresaba tristeza y emotividad. Definitivamente le hace juego a su nombre porque esa cara de depresión...

-¿Pero cómo es ella, quién la metió a la comitiva de la Reina?

-Es que eso es lo más raro, no le digo, parece que fue la mismísima Reina Alicent la que pidió que ella empezará a trabajar. Incluso corrió a su nodriza principal y ahora la nombró a ella en su lugar.

-...

-Con respecto a su aspecto, no le voy a mentir Princesa, si yo fuera caballero ya le estaría modificando el estado civil para pedirle que se casara conmigo porque su cuerpo y su belleza son increíbles, tiene algo como etéreo. Yo no me considero amante de las mujeres, pero le digo que por esa Dolores, me gustaría intentarlo. Cada vez que la veo siento calientito allá abajo.

-Lyana, qué inapropiada.

-Princesa, pero usted preguntó. Yo solo digo la verdad. No crea, a veces me pregunto cómo será estar con una mujer.

-Magia.

-¿Cómo dice?

-Nada, no me prestes atención.

-Sabe Princesa, no había querido comentarle mucho de esto, pero en el castillo hay un rumor que involucra a la Reina.

-¿Por qué no me lo habías dicho?

-Es que ella y usted fueron amigas por mucho tiempo, no sabía cómo lo tomaría.

-Dilo ya, escupe la sopa.

-Wow Princesa, está usted muy ansiosa.

-Bueno, cuenta ya mujer.

-Pues... Las malas lenguas dicen que...

-Deja el suspenso ya.

-Cómo decirlo Princesa, las malas lenguas dicen que la Reina Alicent tiene cierto gusto... En realidad, se rumorea que frecuenta burdeles de mala muerte y que su preferencia son otras mujeres.

-...

-Solo por curiosidad Princesa, ¿alguna vez percibió esos gustos en la Reina cuando eran amigas o quizás pasó algo entre ustedes?