Íbamos a ir a uno de los restaurantes más caros y lujosos de la ciudad así que me vestí lo más fina posible, pero a la vez tranquila. Me puse un jean negro con brillos plateados que estaba sin estrenar, un top negro con detalles en plateado y en los pies me puse texanas largas.
Paredes pasó por mi casa con el auto y de ahí salimos para el restaurante.
- Todo te queda bien - me dijo - es increíble -
- Jajaja callate bobo - le dije.
- Perdón que pregunte - me dijo y ya sabía que esto iba a ser algo de Enzo - qué pasó con Enzo? -
- Nada, me mande una cagada y obviamente no hablamos más - dije yo - igual, no éramos nada -
- Qué hiciste? - me preguntó.
Quería contarle. No le iba a mentir pero a la vez contarle a él sería poner en riesgo que se enteren todos.
- Nada, en otro momento te contaré - le dije.
Hablamos de literalmente todo hasta llegar al restaurante.
- Señorita Scaloni, bienvenida - me dijo el de la recepción que no tengo idea como me conocía.
- Gracias - le dije - tenemos una mesa para dos -
- Si, síganme por acá - dijo y lo seguimos.
Nos dio una mesa alejada de la puerta. El lugar era hermoso; las sillas y las decoraciones eran doradas, los manteles blancos y los cubiertos eran muy delicados.
- No puedo creer - me dice.
- Qué? - le pregunté.
- Te estuve mirando todo el avión de vuelta desde Qatar y ahora te tengo al lado mío -
- Jaja me jodes -
- Te prometo - me dijo.
Se acercó un mozo.
- Bienvenidos - nos dijo amablemente - que van a querer? -
- Te puedo pedir la carta de vinos? - le preguntó Lean.
- Por supuesto - dijo el mozo y fue a buscar la carta.
La cena estuvo muy buena. Él es un pibe muy simpático, siempre tuvimos tema de conversación por suerte. Yo me pedí una ensalada de salmón y él una entraña acompañada de un mix de verdes con tomates cherries.
- Wow, que rico que es este lugar - le dije.
- Increíble, vengo muy seguido - me dijo - no sabes lo que son los postres de acá -
- Si? - le digo - estoy muy llena igual -
- Yo también pero debería de ser ilegal irse de acá sin comer algún postre - me dijo.
Chusmeamos la carta y nos terminamos decidiendo por una cheesecake de maracuyá. Era el postre favorito de Enzo.
- Está muy buena - le dije.
- Viste - me dice - te dije o no que los postres de acá eran increíbles -
Terminamos la torta y hablamos como por una hora y media, se nos había pasado la hora y el restaurante estaba cerrando así que salimos y nos subimos al auto. Lean empezó a manejar y en un momento noté que se pasó, yo pensé que me estaba llevando a mi casa.
- Tenías que doblar acá - le dije.
- Vos de ninguna manera te vas a tu casa, venís conmigo -
Fuimos a su casa, a decir verdad yo no tenía muchas ganas. La verdad, aunque esta sea nuestra primera cita, él no me gustaba tanto. Era muy cariñoso conmigo y en nuestra primer cena ya me había dicho algo como "ay no puedo creer que estoy cenando con vos", ese tipo de comentarios me dan algo de rechazo.
Fuimos a su casa y ya no teníamos de qué hablar. Solamente tuvimos sexo. Y creo que fue de las peores veces que hice el amor en mi vida.
No voy a mentir, en un principio me atrajo, él es muy lindo. Y también es simpático. Pero había algo, un no sé qué, algo que no me terminaba de cerrar en el. Estábamos yendo muy rápido.
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Todo empezó por un mundial - Enzo Fernández
Romance- TN, no se que decirte - me dijo Enzo - ahora estoy en otra - - Y sos feliz? - le pregunté. No hubo respuesta.