𝐀𝐥𝐦𝐚𝐬 𝐆𝐞𝐦𝐞𝐥𝐚𝐬 || Vengadores ||

Capitulo Cuatro

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Dos día después

Me levanto por la ruidosa alarma, mirando el reloj me levanto aún bostezando y voy al baño.

Minutos después salgo para ir hacia el guardarropas y rápidamente saco una remera con mangas larga color crema, unos pantalones de mezclilla un poco sueltos, junto un suéter un poco ancho color café y mis adornados tenis blancos con unas medias.
Sin duda hacía frío abriendo paso al otoño, debía abrigarme si no quería terminar resfriada.

Cuando ya estoy lista agarró mis llaves, teléfono, y los pongo en mi mochila, salgo del departamento encontrándome con May saliendo de su casa.

- Buen día Maddi, ¿Ya desayunaste? -me dice May dirigiéndose hacia las escaleras conmigo.

- Hola May, claro que desayuné -digo sonriendo nerviosa, menti? Claro que sí, no quería que se preocupara.

Nos dirigimos hacia la parada del autobús, mientras May me daba una bolsa con galletas, nunca le puedo mentir a ella, supongo que es su instinto.

- Gracias May, nos vemos -me despido, agarrando el paquete mientras me dirigía al autobús.

Rápidamente busco un asiento vacío y me coloco mis audífonos para escuchar música, mirando hacia la ventana viendo las hojas caer.

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Bajo del autobús, agarrando una de las galletas que hizo May y las como, nose como no habría su propio restaurante su comida era deliciosa.

Me acercó a la puerta de la Cafetería donde trabajo cantando suavemente You look like an Angel de Elvis. Entrando al Café, voy hacia dónde estaban Sara la otra camarera y Roy el cocinero.

Los saludo mientas me ponía el delantal, agarro una libreta para acercarme a ellos y preguntar.

- Hola Chicos, ¿dónde me toca hoy? -saludo más cómoda esperando una respuesta, a veces me tocaba ayudar en la cocina o sino me ocupaba de atender y Sara les llevaba el pedido, sin duda un buen equipo solo éramos nosotros tres así que debíamos congeniar muy bien.
- Hoy no hay muchos clientes así que solo atenderemos - Me dice Sara con una pequeña sonrisa.

A lo que yo se la devuelvo, miro hacia el frente y veo que eran bastantes clientes pero no demasiados, era una mañana tranquila.

- Bueno a trabajar, tu ocúpate del sector de la derecha y yo me ocupo del de la izquierda -me dice Sara, viendo entrar más clientes al Café, a lo que asiento con la cabeza.
Cuando estaba por irme hacia las mesas una picazón invadió mi pecho, aprieto mi brazo Izquierdo confundida al sentir que me quema, me dirijo hacia un hombre con gorra que aún tenía la tarjeta del menú.

- Buen día, ¿que desea para comer o tomar? -digo agarrando la libreta y lapicera distraída, aún sintiendo esa picazón.

- Buen día Señorita, quiero un café y unas galletas para acompañar, pero me gustaría saber su nombre sino le causo molestia -me dice una voz suave y calmada que provoca en mi interior un calor que no quema sino que tranquiliza.

Uno que hace mucho no sentía, mirando hacia arriba dejo de escribir y me encuentro con dos orbes azules que me miraban atentamente, brillando de una manera que provoca un deja vú en mi.

Siento como mi brazo quema  haciéndome saber lo que mi mente pensaba de aquél hombre, pero yo aún no.

Veo al hombre con detenimiento, curiosa de como el me sonreía dulcemente con sus ojos brillando, un poco aguados.

Fue ahí donde supe quién era el, y suspiré sorprendida.

Alma gemela...

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Aquí el cuarto capitulo, ¿quien será ese hombre?
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