cap.11 - cuna de perros/primera parte

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Ámbar.

Contuve mis ganas de seguir durmiendo, un mareo, demasiado jodido para que pueda ignorarlo, me quedé en silencio antes de buscar entre los cajones del cuarto, ropa y más chingaderas que no me sirven, al final sólo pateé un mueble y azoté la puerta del armario, necesitaba una forma de salir de aquí, incluso si Josué llegaba dentro de poco, necesitaba una estrategia extra, si tuviera algo con qué armar alguna bomba casera o algo similar. Estaba intentando doblar un gancho de ropa cuando la puerta de la habitación sonó, escondí el gancho de metal bajo la cama.

-Ámbar querida, es hora de bajar.

Contuve las ganas de soltarle un vergazo a Alejandro antes de seguirlo, cuánto tiempo tenía que seguir aquí viendo su cara?

Envuelta en el vestido negro con mi vientre fuera que Sosa me dió anduve observando los pasillos y pilares de su casa, habían soldados armados en cada esquina, lástima que no estaba sola o sino desarmaba a uno, por ahí había visto una Kalashnikov.

Verga.

Incluso para algunos será muy incoherente no hablar con él, pero lo que estaba intentando es pensar que carajos hacer en primera instancia, sería correcto si lo insulto, más aún, estaba algo, inquieta. Tenía la sensación de que algo estaba sucediendo. Algo grande, o quizás estaba paranoica. 

Estamos en la zona de una casi cúpula que se rodea de columnas cuando veo la mesa de metal tejido, no hay flores, sólo fuego encendido por ahí, veo colores de lámparas en la lejanía que parecen patrullar la costa, un viento hirviendo me llega al cuello, y sólo puedo aceptar el brazo de Sosa porque sigo sintiéndome algo adolorida, mi espalda baja, mi vientre, mis piernas.

Bajamos los escalones amplios, algunas velas puestas en la mesa, luces de las habitaciones más arriba apenas como algo borroso, sólo el sonido de la espuma, quiero soltarme de Sosa pero no lo logro hasta que veo a la figura alta, casi delgada y con camisa negra, brazos descubiertos, fumandose un pollo, suelto el aire, quiero correr a él, siento...que llevo una infinidad lejos de él, y jamás pensé que me alegraría de verlo, después de todo...

Se acerca y me sonríe, humo sale de sus labios.

-Ámbar.

Sosa por fin me deja soltarme y puedo ir a su encuentro, me siento, segura entre sus brazos.

Después de todo, yo crecí con él.

-Estas viva -asiento, dejo que mi cara se entierre en su torso, jamás nos tratamos así, siempre como camaradas, él dueño de mi tropa, de mi guerra. Él siendo mi bandera, pero ahora me importa una mierda, necesitaba encontrar una salida, necesitaba idear un plan de escape y mis plegarias de oyeron. 

-Sacame de aquí.

Solté bajo, cuando Josué bajó la cara y después me soltó, escuché rara mi voz ya que llevaba rato sin sonido, pero con Josué de mi lado, de alguna puta manera iba a salir de este infierno arenoso. Sosa con su cortesía hipócrita nos pide sentarnos, el patio fue rodeado de estructuras que parece que están construyendo, es la misma zona donde Tony y yo hicimos el deal que nos mandó a la verga con Frank López y que también predijo la muerte de Frank y de Omar Suárez.

Antonio.

Su nombre me suena estridente, mi pecho arde, si supiera, dónde está, yo, tengo la esperanza de que esté vivo.

Pero...se supone que Vicky lo cuidaría. Se supone que huirian mientras yo me sacrificaba, pero desde que estaba con las panteras y los sicarios de Sosa recuerdo matarme a golpes, sentir como sangraba, fuego, lodo y después...nada. 

Recuerdos difusos, debido a esas chingaderas.

Porque yo, sé, Sosa me drogó, qué más explica esos recuerdos extraños de pecas, pero nada más.

Lince (Tony Montana) scarfaceDonde viven las historias. Descúbrelo ahora